En el primer viernes del 2022, el mercado parece haber bajado el nerviosismo tras el jueves negro de ayer, en el que los bonos se derrumbaron hasta 3% tras la confirmación de que las negociaciones con el FMI se están empantanando.
El jueves, pocas horas después de que el ministro Martín Guzmán confirmara que el acuerdo con el Fondo Monetario aún no avanza por diferencias en el nivel del ajuste fiscal, el riesgo país, el indicador de JP Morgan que mide el sobre costo de la deuda argentin, saltó 4% y tocó los 1822 puntos, aunque finalmente terminó en 1786 puntos.
Este viernes, el indicador sube 0,6%, a 1796 puntos y acumula un alza de 5,8% en la primera semana del año.
Los bonos argentinos abrieron con una baja en torno a 1%. Ya acumulan una pérdida del 6% en las pocas ruedas que transcurrieron de este año.
Por su parte, el dólar blue, que ayer aumentó un peso, hoy se mantiene en $ 208,5. Así sigue estando por debajo del récord de $ 210 que tocó en el último día del 2021.
En los dólares financieros se mantiene la tendencia de ayer, con el dólar MEP o bolsa subiendo 1,2%, a $ 204,6, mientras que el contado con liqui cede 0,9%, a $ 197,1.
De esta forma el contado con liqui cotiza once pesos por debajo del blue.
El dólar mayorista sube seis centavos en la apertura a $ 103,30. Con esto la brecha con el informal se mantiene en 100%. El dólar ahorro, con los impuestos y recargos llega a $ 179.
El Merval sube 0,5%, mientras las acciones argentinas que cotizan en Wall Street operan mixtas, con subas de hasta 2,9% para el banco Supervielle y caídas de hasta 3,3% para Mercado Libre.
Para el economista Gustavo Ber, «la renovada cautela externa, junto a las dudas sobre las negociaciones con el FMI, continúan condicionando la marcha de los activos domésticos».
«Las cotizaciones siguen viéndose presionadas, más allá de reconocer que las castigadas valuaciones pueden repentinamente activar apuestas tácticas desde operadores orientados al trading», indica.
Para Ber, las últimas novedades económicas de Argentina «continúan imprimiendo una marcada volatilidad no sólo a los precios de los bonos y los ADRs sino también a los ánimos de los inversores, donde las probabilidades de alcanzar un acuerdo con el organismo en tiempo y forma ahora se encontrarían más divididas».
«Ello se debe a que la exposición del equipo económico, explicitando diferencias en el sendero fiscal así como el tono político asociado, podría estar alejando dicha chance a corto plazo, y ante ello podría postergarse el entendimiento además de quedar limitado a una versión ¨light¨ que sólo apunte a reprogramar compromisos», concluye Ber.