Habrán unos 330 mil votos para pelear por la gobernación pero el reparto de los mismos dependerá de cómo se arme el cuadro de alianzas o partidos que se presenten sueltos.
El padrón electoral en el 2019 fue de 439.163 electores habilitados para emitir sus votos, y hubo un 73,11% de participación, por lo que se procesaron 321.090 votos. Cuatro años atrás, el padrón fue de 416.710 de los cuales emitieron su voto 332.351 personas, lo que significó un 79,84%, alto para los escenarios actuales.
La tendencia de participación ciudadana en las urnas bajó en los últimos años y en Chubut se estancó entre el 72 y 74%. Esa tendencia se repetiría para las elecciones de 2023.
Quienes analizan los números, aseguran que el padrón rondaría los 460 habitantes habilitados para sufragar y con una participación del 73%, rondaría los 335 mil votos que definirán quien se hará cargo de la gobernación por los próximos cuatro años.
Si se da un escenario de tres frentes electorales fuertes y otras fuerzas que descuenten (además de los votos nulos y en blanco), se especula que quien acceda al sillón de Fontana 50 lo haría con unos 130 mil votos. Pero si la pelea se concentra en dos facciones, el reparto sería más alto.
La elección de Ignacio Torres en el 2021 es lo que preocupa al peronismo que analiza las encuestas y debate con el gobernador Mariano Arcioni si conviene desdoblar el comicio o cambiar radicalmente las reglas de juego. Se habla de eliminar las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), para volver a las elecciones partidarias cerradas.
El problema es el poco margen de participación ciudadana. Un ejemplo sería el propio PJ, que con una masa de 30 mil afiliados, solo votarían 5 mil. Así de crudo lo plantean algunos dirigentes que consideran que habría que hacer una sola elección en Chubut como si fuera una PASO pero que los votos emitidos en un partido o frente electoral tributen a la cifra final del candidato que gane la interna y de esta manera, se quede con la provincia.
Algunos la llaman la «ley de lemas encubierta» y sería para economizar, llevar a los electores a una sola vuelta y que si se pretenda participar del acto eleccionario por adentro de un partido o frente, el que más votos obtenga se les computará los sufragios de sus rivales de la interna, y ganaría la conducción de la gobernación.
El desafío electoral 2023 es para todos. No existe «el gran elector», el último fue Mario Das Neves. Se habla de un frente entre el PJ, Chusoto y el Frente Renovador, pero también de facciones peronistas que harían alianza por afuera, si es que no consiguen incorporarse en la interna del Frente de Todos. La otra pata es Juntos por el Cambio, que pretende ratificar el triunfo de 2021.
En el caso del PJ, la última elección que ganó fue en el 2011 con el binomio integrado por Martín Buzzi y Gustavo Mac Karthy, y detrás estaba acompañado por el gobernador Mario Das Neves. ¿Podrá torcer esa tendencia? ¿Incidirán los acuerdos nacionales?