Con un discurso conmovedor, el Intendente recordó qué sucedió en la ciudad el 19 de junio de 1982 y puso en valor tanto a los soldados como a los vecinos. Además, instó a pensar a “Malvinas como una gesta”.
En el marco del acto central, el intendente de Puerto Madryn, Gustavo Sastre, garantizó que la ciudad seguirá malvinizando y que “hace 40 años no solo abrazamos una causa, sino también a quienes fueron a defenderla”.
“Este pueblo les abrió los brazos y también su corazón a esos chicos que llegaban con sus heridas multiplicadas, con sus angustias frescas, con el horror en sus ojos. Ellos llegaron con el alma rota pero acá los recibieron corazones enteros y manos abiertas”, sostuvo el Jefe Comunal.
Asimismo, el mandatario local dijo que “hay cosas que no se transfieren”, como el amor por la patria. “Y mucho más, el amor por quienes la defendieron. No venían derrotados. Venían de dar pelea. Injusta, desigual. Pero convencidos, aún en sus tiernos pensamientos, que fueron en busca de lo correcto: recuperar para siempre lo que a esa patria le correspondía”, aseguró Sastre.
Sin pan y sin lágrimas
“Hace 40 años, Madryn se quedaba sin pan. Y por qué no, también sin lágrimas”, reflexionó Sastre, y añadió: “Miles y miles de soldados agrietados en su cuerpo y en su espíritu descendieron en esta tierra que gritó sus nombres aún sin saberlos. Y que, a empujones, corrieron las murallas que trataban de separarlos de la mejor bienvenida, que en su dolor tal vez no la esperaban”.
“Definimos aquella epopéyica jornada del 19 de junio de 1982 como el día en que Madryn se quedó sin pan. Histórica definición para el final del paso por la guerra de soldados valientes, inquebrantables en su fe”, agregó el Intendente.
“Llegaron con sus uniformes reídos”
En su discurso, Sastre también remarcó: “Ellos llegaron con sus uniformes raídos, salpicados por sangre y cortados por el fuego, pero envueltos en una llama eterna de gloria y de esperanza. Las heridas de una guerra nunca cicatrizan. Pero tienen la capacidad de encerrar los recuerdos. Ni el paso de tantos años pudo borrar de estas calles, el paso de nuestros soldados a quienes esperaba el amor de toda una comunidad que despertó con la alegría de volver a verlos”.
“Sintieron su calor, entraron en sus casas, apretaron sus manos, contaron sus angustias, mitigaron sus dolores. Estaban ante un pueblo convencido que les daba la bienvenida a pequeños grandes héroes. Pequeños porque en sus ojos todavía se podían ver latir los sueños de la adolescencia. Grandes, porque fueron protagonistas de una verdadera epopeya, desprovistos de todo egoísmo, aún a costa de exponer ante el enemigo el más preciado tesoro del derecho humano: la vida”, enfatizó el Jefe Comunal.
Malvinas como una gesta
Asegurando que Madryn continuará malvinizando, Sastre dijo que “Malvinas es parte de una gesta, la gesta que escribieron los ex combatientes que hoy nos acompañan y aquellos que quedaron para siempre siendo parte de la tierra, el frío, el mar y el viento de las islas […] Recordar aquel 19 de junio es recordar también a madres, padres, hermanos, esposas, hijos que también sufrieron las ausencias de la guerra”.
“Queremos que este sea el reencuentro de un gran abrazo. De quienes pisaron esta tierra después de vivir los horrores de las batallas. Y de quienes como pueblo decidieron dar otra pelea. Contra la injusticia y el olvido, contra la desesperanza y la tristeza”, apuntó, y concluyó leyendo una poesía que evocó a uno de los protagonistas de aquel día: el pan.