Carlos Giuliani pertenecía al sector de Martín Lousteau. En la interna radical le había ganado al candidato de Maximiliano Abad.
El presidente del radicalismo de Esteban Echeverría, Carlos Giuliani, abandonó el partido centenario para saltar a las filas de Javier Mielei. Asegura que el economista libertario «es la última oportunidad que tenemos de cambiar todo esto».
Giuliani había sido impulsado por Pablo Domenichini, el armador de Martín Lousteau en el Conurbano. En marzo del año pasado el candidato de Evolución -la línea interna de Lousteau en el radicalismo- le había ganado al oficialismo en ese distrito que pertenecía a Maximiliano Abad.
El ahora libertario dio el portazo lanzando fuertes críticas en una carta pública en la que cargó contra el radicalismo y denunció su hartazgo respecto de la «casta política»
Además, señaló que en el partido prima «el amiguismo y el favoritismo» y agregó que es «un sistema en el que no se eligen los más aptos sino los que tienen los mejores contactos».
«Me di cuenta que fue una decisión equivocada. Me encontré con un espacio en el cual solo se piensa en los cargos a ocupar. Me di cuenta que el acomodo gana por sobre las capacidades y que dos o tres personas elegían a dedo a los candidatos», agregó.
Fuentes del partido a nivel provincial desestimaron que la salida de Giuliani abra un conflicto de mayor volumen y destacan que no era un referente con carrera en la política del partido.
En las legislativas del año pasado, el presidente del comité radical generó un escándalo local semanas antes de las primarias cuando anunció que apoyaba al candidato del PRO, Diego Santilli, en detrimento del postulante radical Facundo Manes.
El radicalismo no tiene un armado importante en Esteban Echeverría, un distrito controlado por el peronista Fernando Gray. En tanto, el PRO impulsa -con pocas chances- la candidatura de Evert Van Tooren, un referente que fue funcionario de María Eugenia Vidal en la provincia.
«Estoy seguro de que Milei es la última oportunidad que tenemos de cambiar todo esto. Me sumo a Javier para que las candidaturas no sean a dedo en una oficina con tres personas, para que se cambie el modo de gobernar y que sea sin robar», cerró su carta.