Ángel Di María es una pieza inamovible en el once titular de la Selección argentina que comanda Lionel Scaloni luego de dejar atrás grandes cuestionamientos y de cambiar críticas por aplausos con la camiseta albiceleste, por lo que irá al Mundial de Qatar en busca de la última revancha que le falta a una carrera formidable.
La notable definición del rosarino frente a Brasil en la final disputada en el Maracaná el 10 de julio de 2021 significó una redención luego de su ausencia por lesión en el partido decisivo ante Alemania en el Mundial de 2014 y de sus posteriores sinsabores en el seleccionado.
Di María siempre recordó aquella semana previa al duelo con Alemania, paradójicamente en el mismo escenario donde el año pasado rompió el maleficio albiceleste a los 21 minutos del primer tiempo tras recibir un pase largo de Rodrigo De Paul y meter la pelota de emboquillada sobre el arquero Ederson.
En un artículo que escribió en 2019 para el sitio Players Tribune, «Fideo» reveló cómo vivió las horas previas al partido ante los germanos.
«Sinceramente, quería jugar ese día, incluso si se terminaba mi carrera. Pero tampoco quería hacerle las cosas más difíciles al equipo. Así que me desperté muy temprano y fui a ver a nuestro técnico, Alejandro Sabella. Le dije honestamente, con una mano en el corazón, que él debía poner al jugador que él sintiera que tenía que poner: si soy yo, soy yo. Si es otro, entonces será otro. Yo solo quiero ganar la Copa. Si me llamás, voy a jugar hasta que me rompa, le dije. Y entonces me largué a llorar», relató.
En el texto, Di María confesó que se sometió a dos infiltraciones el 13 de julio, día de la final en 2014: «Me había desgarrado el muslo en los cuartos de final, pero con la ayuda de los antiinflamatorios ya podía correr sin sentir nada. Les dije a los preparadores estas palabras textuales: `Si me rompo, déjenme que me siga rompiendo. No me importa. Solo quiero estar para jugar´. Me hice una infiltración antes del partido, y después me di otra durante el segundo tiempo, así podía estar preparado para jugar, si me llegaba a tocar la chance de entrar».
Luego se conoció la nota del Real Madrid de España, dueño de su pase en aquel momento, pidiéndole a la AFA que no exponga a un jugador lesionado, firmada por el propio presidente Florentino Pérez.
La frustración del zurdo se acrecentó cuando debió salir en el primer tiempo de la definición de la Copa América 2015 por otra dolencia muscular, mientras que tampoco pudo completar los 90 minutos del duelo decisivo de la Copa América Centenario 2016 por una nueva ruptura fibrilar que lo había hecho llegar con lo justo desde lo físico.
Pero llegó la revancha para Di María: con una historia de vida de superación tras haber crecido vendiendo carbón con su papá en su Rosario natal y que luego tuvo que dormir muchas noches en un hospital en el prematuro nacimiento de su primera hija, recibió el espaldarazo del entrenador Lionel Scaloni para la última final.
Así fue que «Fideo» fue clave para cortar la sequía de 28 años sin títulos y logró la recuperación que tanto buscaba después de ser duramente cuestionado por la opinión pública.
Desde allí todo cambió en su vínculo con la Selección y la Copa América dio paso a un nuevo sueño que se iniciará el 22 de noviembre en Qatar, en el debut argentino ante Arabia Saudita.