Tras ver ingresar a su madre a Tribunales y dar unas breves palabras, el rugbier lloró y contó lo sucedido el 18 de enero de 2020 en Villa Gesell. «Quiero pedir disculpas principalmente por que jamás en la vida se me hubiera ocurrido de tener intenciones de matar a alguien», dijo Thomsen.
En la décima primera jornada del juicio por el crimen de Fernando Báez Sosa habló Máximo Thomsen.
Según informó Clarín, tras ver entrar a tribunales a su madre, el rugbier comenzó a llorar y luego de prestar una breve declaración, donde contó que lucha contra una grave enfermedad, Máximo Thomsen pidió hablar.
El joven es uno de los rugbiers imputados en el caso y uno de los más comprometidos por los testimonios y las pruebas.
«Quiero pedir disculpas principalmente por que jamás en la vida se me hubiera ocurrido de tener intenciones de matar a alguien, dijeron varias cosas sobre mí. Tuve muchos años, no me reconocía. Quiero pedir disculpas porque es algo que nunca hubiera buscado», comenzó diciendo Thomsen.
Qué pasó el 18 de enero
El joven aseguró que se habían levantado como a la una de la tarde, “después de una noche que quisimos salir y no pudimos”, pero «como estábamos ente amigos y con mucha gente conocida en zarate que estaba en la zona, decidimos salir».
Luego indicó que en heladeritas fueron a la playa a tomar y para la noche “ya estábamos medio mamados”.
«Seguíamos tomando y como a las tres y media, cuatro decidimos ir para poder entrar al boliche para no perdernos al artista«, agregó el rugbier.
Respecto a la llegada al boliche, dijo: «Yo fui el primero que entré y fuimos directo la barra a canjear la consumición. Había mucha gente. Había tanto movimiento que se volaba el vaso. Nunca saqué el celular».
“Me acuerdo que en una ocasión yo digo ‘por favor basta de empujar’ y siento que alguien me responde ‘estamos todo en la misma’. Cuando termino de decir eso me empuja alguien, me doy vuelta y era un amigo, que tenía un chichón”, manifestó Thomsen.