Luego de que se conocieran las condenas, salió a la luz los problemas de convivencia que los rugbiers tienen con la población carcelaria del penal de Melchor Romero. «Pensaron que se comían el mundo y se confundieron», lanzó un reo.
Las condenas contra los ocho rugbiers acusados de asesinar a Fernando Báez Sosa repercutieron en todos lados. Y mientras permanecen recluidos en aislamiento dentro del penal de Melchor Romero, esperando su nuevo destino, revelaron que los demás presos están muy molestos con ellos.
Según se supo a través del abogado penalista Miguel Ángel Pierri en el programa Argenzuela de Radio 10: “Tienen problemas de convivencia con la unidad carcelaria por privilegios. Ellos tienen provisión de aguas minerales y gaseosas en días de extremo calor”.
Asimismo, explicaron que ya algunos de ellos comenzaron a recibir visitas de psicólogos: “Ellos al tener altas condenas, tienen un régimen de control muy riguroso, porque bueno, pueden tomar decisiones equivocadas y tienen mucho tiempo por delante y mucho tiempo para recibir algún tipo de novedad, buena o mala”.
Lo cierto es que las provisiones son enviadas por los familiares de los condenados y la bronca creció debido a que no hubo resistencia ni retención en la requisa de la mercadería por parte del personal penitenciario como acusan los demás internos.
«Agua, agua, gatos», eran los gritos que se escuchaban entre los pabellones aledaños al sector donde están alojados los rugbiers y llenaron de pedidos a los jóvenes recientemente condenados.
En tanto, trascendió que los demás reclusos “los están esperando”. Marcelo, un detenido en Melchor Romero, no anduvo con vueltas.
“Mataron a un pibe de onda, no merecen vivir. Pensaron que se comían al mundo y se confundieron. Acá lo estamos esperando a Thomsen. Lo vamos a hacer de goma a ese gato. Los vamos a caranchear, los vamos a hacer mierda, a pinchar por todos lados. Van a ser nuestras mujeres”, sostuvo en una entrevista con el canal Crónica TV.