El Ministro de Economía, Luis Caputo, y la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, están siendo corridos por la realidad y necesitan mostrar resultados urgentes.
Caputo y Bullrich ocupan, sin dudas, las áreas más sensibles del Gobierno, ya que la inflación y la inseguridad son los dos temas que más preocupan al ciudadano de a pie por estos días. Y más allá de que los dos vienen haciendo una gestión adecuada (Caputo viene enderezando los fundamentos de la economía y Bullrich parece enfrentar una lucha contra el crimen organizado de manera más eficiente que el gobierno anterior), la realidad les pone límites a sus deseos.
El lunes, el ministro de Economía se volvió a reunir con los supermercadistas y les pidió una contención en los precios de las góndolas. Según Caputo, estos corresponden a una situación de “catástrofe” que nunca se llegó a alcanzar y no reflejan la realidad económica actual. Su teoría es que las empresas de productos masivos y los supermercadistas remarcaron pensando que el dólar iba a estar a precios mucho mayores a los actuales y que la situación económica iba a ser otra.
Pero si bien hoy se conoció el nuevo dato de inflación y es cierto que fue más bajo que los meses anteriores (13,2%), todos los economistas están calculando que en los próximos meses, la baja del índice será mucho más progresiva. El titular del Palacio de Hacienda siente que la realidad de las góndolas es muy distinta a la que él quisiera ver.
En este contexto, el Gobierno anunció este martes que abrirá las importaciones de algunos productos de la canasta básica ante la suba de precios: el vocero Manuel Adorni dijo que será “para ayudar a la corrección de precios y acelerar la normalización de los mismos”.
Bullrich se encuentra ante una situación similar: Javier Milei, en el discurso de apertura de sesiones del Congreso, había hablado de la baja de las tasas del delito, pero los cuatro asesinatos en una semana en la ciudad de Rosario parecen haber cambiado la percepción de la población. El miedo por la inseguridad -ya sea por robos o por crímenes relacionados con el narcotráfico- sigue ahí, latente, en la mayoría de la población.
Bullrich parece estar dando en Rosario una respuesta adecuada, enviando al Congreso una ley basada en la ley RICO norteamericana y la ley antimafias de Italia, pero esta va a tardar tiempo en plasmarse, con un debate legislativo que se prevé largo. También anunció que buscará aplicar el código penal penas agravadas y que desplazará a las Fuerzas Armadas con apoyo logístico, a pesar de que estos ven con recelo esa tarea.
Más allá de sus intenciones, lo cierto es que todos esos anuncios y su involucramiento personal y el de Milei en la lucha contra el delito en Rosario están poniendo de manifiesto que la ministra necesita una respuesta inmediata: es decir, demostrar, en no más de una semana, que su gestión en Santa Fe es efectiva y que tiene resultados concretos, por lo menos evitando más homicidios.