La vida de la familia de Rodrigo Colihuinca no fue nunca más la misma. El estudiante de 17 años fue encontrado descuartizado tras permanecer 12 horas desaparecido.
La última persona que lo vio con vida el 15 de marzo de 2012 fue su hermana, era el único hijo varón de la familia y ese día dijo que iba a la escuela a buscar información para hacer un trabajo. Su papá Juan lo llamó a las 18 horas y luego una hora después nuevamente para volver juntos desde el centro al barrio pero nunca contestó.
Esa noche, cerca de as 22 horas, se presentó en la Subcomisaría del INTA y de ahí lo derivaron a la Comisaría Tercera para radicar la denuncia por averiguación de paradero.
“Me dijeron que no podían recibir la denuncia porque hacía poquitas horas que había desaparecido”, contó Juan Colihuinca en diálogo con Cadena Tiempo.
A 12 años del brutal crimen y la confesión del presunto homicida, el padre de Rodrigo decidió regresar a Trelew, es que desde el asesinato de su hijo se fueron a vivir a Paso de Indios, donde también descansan los restos del adolescente.
«No me lo van a devolver a Rodrigo, pero voy a mirarlo a la cara y preguntarle por qué le hizo eso a mi hijo», manifestó en diálogo con Cadena Tiempo.
Llegó a la ciudad del valle con intenciones de participar en la audiencia de control de detención de Braian Muñoz, sin embargo el hombre de 29 años se descompensó mientras permanecía internado y la audiencia se trasladaría para la próxima semana.
El presunto homicida es hermano de una persona que estuvo sindicada como sospechosa durante la investigación
“ERA MUY CONFIANZUDO”
Sobre las hipótesis de cómo interceptaron a Rodrigo, Juan reconoció que su hijo «era muy confianzudo con la gente», y por eso, aseguró: «Pienso que lo agarraron de día o lo puede haber citado alguien que lo conocía y fue», estimó sobre una posible emboscada.
Es que todos los días Rodrigo caminaba desde su casa en el barrio INTA hasta el centro, sin embargo «las cámaras nunca lo registraron».
A Rodrigo le robaron 50 pesos, una mochila, una campera y el celular, este último apareció 8 meses después del crimen en un allanamiento a una casa. Quienes lo tenían en su poder dijeron que lo habían comprado en una feria.
«La casa (allanada) quedaba en el camino por donde pasaba Rodrigo, igual que la casa donde se encontró el celular», reconoció el padre del joven.
«El celular de mi hijo lo estaba usando una mujer, yo no lo vi. Hacía meses que lo estaban usando con otro chip», dice el padre. Los apuntados justificaron que el teléfono lo habían comprado en una feria de la calle Canal, pero a la familia de Rodrigo nunca terminó de cerrarle esa versión.