Las plantas de interior no solo decoran nuestros espacios, sino que también aportan un toque de naturaleza en el hogar. Sin embargo, detrás de su atractivo, algunas especies pueden ser peligrosas tanto para humanos como para mascotas. Estas plantas, que son comunes en muchos hogares, contienen toxinas que pueden causar desde irritaciones leves hasta problemas de salud graves si son ingeridas.
Sergio Saracco, médico toxicólogo y presidente de la Asociación Toxicológica Argentina, advierte que muchas plantas de la familia Araceae, como las dieffenbachias y el potus, son especialmente peligrosas si los niños o mascotas las mastican. Estas plantas contienen cristales de oxalato de calcio, que al ser ingeridos provocan dolor intenso, inflamación de las mucosas y, en casos severos, dificultades respiratorias. Por ello, es fundamental mantener estas plantas fuera del alcance de los más pequeños y de las mascotas.
Además de las aráceas, otras plantas como el floripondio, los laureles de jardín (adelfas) y las hortensias también representan un riesgo. Las hortensias, por ejemplo, contienen glucósidos cianogénicos que pueden causar síntomas similares a la intoxicación por cianuro, como vómitos, dolor abdominal y diarrea. Estas plantas, aunque populares en jardines y hogares, requieren un manejo cuidadoso para evitar accidentes.
En cuanto a las mascotas, su curiosidad natural puede llevarlas a morder o ingerir plantas tóxicas. El jazmín paraguayo, la falsa palmera y los lirios son especialmente peligrosos para perros y gatos. Según el veterinario Pedro Zeinsteger, el consumo de estas plantas puede causar desde gastroenteritis hasta daños hepáticos y renales irreversibles. Es crucial conocer las plantas que tenemos en casa y tomar medidas para mantener a nuestras mascotas seguras.
Ante cualquier sospecha de intoxicación, tanto en humanos como en mascotas, es vital acudir inmediatamente a una guardia de emergencias o a un veterinario, llevando una muestra o foto de la planta ingerida. Nunca se debe intentar provocar el vómito ni administrar remedios caseros sin la supervisión de un profesional.
Fuente: Infobae.