Productores ganaderos de la provincia de Neuquén elevaron un pedido formal para que se declare la emergencia del sector ante la crítica situación que atraviesan debido a la extrema falta de precipitaciones. La escasez de nieve invernal y lluvias durante los meses de junio, julio y agosto ha dejado a los campos en una situación límite, con pasturas secas y falta de agua para los animales, lo que hace prever «una primavera muy complicada».
La preocupación se extiende más allá de la mera supervivencia del ganado, ya que la sequía impacta directamente en la barrera sanitaria y podría tener efectos en los precios de la carne en el mediano plazo. Según informaron voceros del sector ganadero local, la situación es tan grave que «no hay campo que aguante» esta prolongada ausencia de lluvias.
Una situación climática crítica
Los tres meses clave de invierno, que tradicionalmente aportan la nieve y las lluvias necesarias para recargar napas y mantener las pasturas, han sido excepcionalmente secos. Esta falta de precipitaciones ha impedido la reserva de agua y el rebrote natural de los pastizales, que son el sustento fundamental para la cría de ganado en la región.
Los ganaderos advierten que, de no mediar un cambio drástico en el patrón climático en las próximas semanas, la primavera encontrará a los campos en su punto más vulnerable, sin reservas forrajeras y con una capacidad productiva severamente comprometida.
Impacto en la producción y la sanidad
La sequía no solo afecta la disponibilidad de alimento, sino que también debilita a los animales, haciéndolos más propensos a enfermedades. Esto pone en riesgo la barrera sanitaria que tanto esfuerzo le ha costado mantener a la provincia, potentially leading to brotes que requerirían intervenciones costosas y complejas.
Además, la falta de agua y alimento obliga a muchos productores a realizar ventas de emergencia o a trasladar su ganado a otras zonas, incrementando sus costos operativos y mermando su capital productivo de largo plazo.
Un llamado urgente a las autoridades
Frente a este escenario, los ganaderos se han organizado para solicitar formalmente a las autoridades provinciales y nacionales que declaren la emergencia agropecuaria en la región. Esta medida permitiría acceder a herramientas de asistencia financiera, como créditos blandos, planes de refinanciación de deudas y ayuda directa para la compra de alimento y fletes.
La declaración de emergencia también facilitaría la implementación de un plan de contingencia para paliar los efectos más inmediatos de la sequía y preparar al sector para una recuperación cuando las condiciones climáticas mejoren.
Una primavera incierta
Con el pedido de emergencia sobre la mesa, los productores esperan una respuesta ágil del gobierno para enfrentar los próximos meses. La sequía no es un problema nuevo en la región, pero su intensidad y duración actuales la convierten en una de las peores de los últimos años.
La capacidad de respuesta del Estado y la eventual llegada de lluvias tardías serán determinantes para evitar que una crisis climática se transforme en una crisis social y económica para cientos de familias que dependen de la ganadería en Neuquén.