La Cámara de Diputados vivió una jornada caliente y cargada de tensión política: la oposición le dio un golpe contundente al gobierno de Javier Milei al rechazar los vetos presidenciales sobre el financiamiento del hospital Garrahan y las universidades nacionales.
Con una mayoría arrolladora, los bloques opositores no solo derrotaron al oficialismo, sino que también arrastraron a exaliados que hasta hace poco respaldaban a La Libertad Avanza. El resultado dejó en evidencia el derrumbe de la fuerza parlamentaria del Presidente, que no pudo contener ni a los gobernadores ni a varios diputados que llegaron al Congreso de su mano.
Cómo votó la Cámara y qué implica el rechazo a los vetos
De acuerdo con TN. La oposición dio un primer paso clave para insistir con la ley de emergencia pediátrica y el financiamiento universitario. La primera iniciativa obtuvo 181 votos a favor, 60 en contra y una abstención; la segunda, 174 votos a favor, 67 en contra y 2 abstenciones. Ambas superaron ampliamente los dos tercios necesarios y sumaron más adhesiones que en las votaciones originales.
Los vetos de Milei se rechazaron con el impulso de los bloques críticos y el acompañamiento de exaliados del oficialismo. Ahora, la definición pasa al Senado, donde los libertarios están en una posición aún más débil y todo indica que será difícil frenar la ofensiva opositora.
Uno por uno: así votaron los diputados el rechazo al veto a la ley de financiamiento universitario
Cómo votó cada diputado sobre el veto del Presidente a la ley de financiamiento al Garrahan
Qué establecen las leyes que Milei quiso vetar
La ley de emergencia pediátrica prevé una recomposición salarial para todo el personal del área, elimina el impuesto a las ganancias sobre guardias y horas extras, habilita compras directas de insumos y financiamiento con fondos de contingencia. Además, refuerza el sistema de residencias médicas y define que se financiará con reasignación de fondos y uso de reservas.
Por su parte, el presupuesto universitario establece la actualización automática por inflación de los gastos de funcionamiento, hospitales universitarios y partidas de ciencia y tecnología, con retroactividad a 2024 y ajuste bimensual. También dispone un aumento salarial inicial del 40,8%, paritarias trimestrales y subas mensuales atadas al IPC, además de la recomposición de becas y auditorías de la AGN. Según la OPC, el costo fiscal para 2025 rondaría los $1,9 billones, equivalentes al 0,23% del PBI.
El quiebre de los aliados y las voces del recinto
La sesión dejó en claro la fractura de los apoyos que el oficialismo supo tener. Diputados como Silvia Lospennato y María Eugenia Vidal (PRO) votaron en contra de los vetos o se abstuvieron, marcando distancia con el Gobierno. También se sumaron legisladores de provincias clave y exlibertarios que reclamaron mayor diálogo y sensibilidad.
El primer golpe lo dio Miguel Ángel Pichetto (Encuentro Federal), que pidió votar de inmediato y sin debate las dos leyes vetadas. “Hay que resolver con la mayor celeridad posible el tratamiento de ambas insistencias. Cada uno tiene una posición ya definida. Pido que se vote”, lanzó el legislador.
Desde el radicalismo, Rodrigo de Loredo advirtió: “Rechazamos los vetos y los vamos a volver a rechazar. Pero también vamos a rechazar esta dinámica dicotómica que sienta muy cómodos al gobierno y al kirchnerismo. No vamos a respetar la anulación de la palabra”.
La diputada Danya Tavela (Democracia) fue tajante: “Hoy vamos a votar por Argentina, por los jóvenes, por los niños, por los docentes y no docentes, por la universidad argentina, que es la mejor herramienta que construimos en este país para el progreso y la igualdad”.
El oficialismo, sin margen y con críticas internas
La Libertad Avanza se mostró desde el principio sin herramientas para revertir la derrota. No pudo contener a los gobernadores ni a muchos de los propios, que se alejaron tras ser relegados de los acuerdos electorales. El jefe de bloque, Gabriel Bornoroni, intentó negociar una aplicación anticipada de los aumentos presupuestarios, pero la propuesta fue rechazada por insuficiente.
En el recinto, el libertario Santiago Santurio defendió el veto de Milei con una remera que decía “Freedom”: “Esto no es un parche, es un ancla que nos hunde. Desordena las cuentas, rompe el equilibrio fiscal y trae decadencia; seamos responsables, entendamos que ahora estamos planteando un remedio peor que la enfermedad”.
El clima en el Congreso y la presión social
Mientras se desarrollaba la sesión, en los alrededores del Congreso se congregaron médicos, universitarios, partidos opositores, gremios y piqueteros para presionar por la insistencia de las leyes. El quórum se consiguió con 132 legisladores sentados en sus bancas, sin los libertarios ni la mayoría de PRO.
En una señal de la pérdida de control del recinto por parte del oficialismo, la sesión la abrió Cecilia Moreau (Unión por la Patria), vicepresidenta 1° de la Cámara, ante la ausencia de Martín Menem.
El Gobierno intentó evitar la derrota con fondos a las provincias
En la previa de la sesión, el Gobierno intentó evitar la derrota repartiendo $12.500 millones en Aportes del Tesoro Nacional (ATN) a provincias clave. Sin embargo, la mayoría de los legisladores que responden a esos gobernadores se abstuvieron o faltaron, y ninguno votó con el oficialismo.
Por cadena nacional, Milei anunció aumentos para universidades y hospitales pediátricos, pero la oposición puso en duda la efectividad y la realidad de esos anuncios. Además, la Casa Rosada recortó en $40.267 millones las transferencias a las universidades nacionales y le quitó a las provincias casi $130.000 millones en fondos para obras públicas.
Lo que viene: el Senado y la batalla por los DNU
Tras el rechazo a los vetos, la definición pasa al Senado, donde la oposición buscará voltear definitivamente las decisiones de Milei. Además, la sesión en Diputados continuará con el tratamiento de proyectos para limitar el uso de decretos de necesidad y urgencia (DNU), una herramienta central del Gobierno.
Entre los decretos bajo la lupa están el que reestructura el Instituto Nacional del Agua, el que modifica la Ley de Identidad de Género y el que establece un nuevo estatuto para la Policía Federal.
La pulseada por el control del Congreso y la resistencia a los vetos presidenciales promete seguir sumando capítulos en las próximas semanas.