El expresidente estadounidense inició su visita oficial al Reino Unido con una ceremonia solemne encabezada por el rey Carlos III, en medio de protestas en Londres.
Donald Trump comenzó su visita oficial al Reino Unido con un recibimiento de gran protocolo en el castillo de Windsor. El acto fue liderado por el rey Carlos III, la reina Camila y los príncipes de Gales, Guillermo y Catalina. El exmandatario llegó acompañado por su esposa Melania y, en un gesto significativo, evitó Londres y las manifestaciones masivas en su contra.
La ceremonia militar reunió a unos 1.300 efectivos del Ejército británico. Trump y la primera dama pasaron revista a la guardia de honor y luego depositaron una ofrenda floral en la tumba de la reina Isabel II, en la Capilla de San Jorge.
Intercambio de obsequios de alto valor simbólico
El protocolo incluyó regalos con fuerte carga histórica. Los reyes entregaron a Trump la bandera británica que flameaba en el Palacio de Buckingham el día de su investidura en 2017. Melania, en tanto, recibió un cuenco de plata de Irlanda del Norte y un bolso de diseño personalizado.
Por su parte, el exmandatario obsequió una réplica de la espada del expresidente Dwight D. Eisenhower, en homenaje a la alianza entre Estados Unidos y el Reino Unido durante la Segunda Guerra Mundial. Además, la reina Camila recibió un broche floral de Tiffany con oro, rubíes y diamantes.
Protestas multitudinarias en Londres
Mientras se desarrollaba la ceremonia en Windsor, miles de manifestantes marcharon en el centro de Londres bajo el lema “Stop Trump”. Custodiados por más de 1.600 agentes, los manifestantes portaban pancartas con frases como “Los migrantes son bienvenidos, Trump no” y “No al racismo, no a Trump”.
La masiva protesta marcó un fuerte contraste con la recepción oficial. Según Radio3, el itinerario de Trump fue diseñado para evitar la capital británica.
Agenda oficial
En la última jornada de la visita, Trump se trasladará a Chequers, la residencia campestre del primer ministro Keir Starmer, donde mantendrá una reunión bilateral. El encuentro será clave para repasar la relación entre ambas naciones en un contexto global de tensiones geopolíticas.
Un viaje de contrastes
La visita de Trump estuvo marcada por la dualidad entre la solemnidad de los actos oficiales y el rechazo popular en las calles. Para la Casa Real británica, significó reafirmar la alianza histórica con Estados Unidos, mientras que para buena parte de la sociedad británica, representó un motivo de protesta y rechazo.