Los mandatarios provinciales denuncian promesas incumplidas, obras paralizadas y campañas en su contra.
La relación entre la Casa Rosada y los gobernadores atraviesa su momento más crítico desde que Javier Milei asumió la presidencia. Entre reproches por compromisos que no se cumplieron, pedidos de fondos, infraestructura abandonada y acusaciones cruzadas, el vínculo político se resquebraja cada vez más.
Sáenz, el más duro contra el Gobierno nacional
El gobernador de Salta, Gustavo Sáenz, fue uno de los más enfáticos al expresar su malestar frente al flamante ministro del Interior, Lisandro Catalán. “Todo lo que me prometieron desde el Gobierno quedó en la nada”, disparó, y denunció que candidatos libertarios en su provincia hicieron campaña en su contra con acusaciones graves. Sáenz terminó su intervención con un mensaje contundente: “Tienen que cambiar”.
Otros mandatarios, igual de críticos
La misma indignación se replicó en Corrientes, donde Gustavo Valdés expuso reclamos pendientes, y en Catamarca, con Raúl Jalil queja mediante. En Tierra del Fuego, Gustavo Melella también levantó la voz: “No sé si algún gobernador habla directo con Milei”, lanzó, remarcando la distancia con la Casa Rosada.
En Entre Ríos, Rogelio Frigerio reclamó los fondos para la Caja Previsional y para reparar rutas nacionales. La Ruta 14, clave para la logística del Mercosur, sigue sin concesionario y en estado crítico. La falta de avances en obras básicas se convirtió en un patrón común que alimenta la bronca de los gobernadores.
Cruce explosivo con Martín Menem
La tensión escaló durante una reunión virtual encabezada por Catalán y el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem. Allí, el mendocino Alfredo Cornejo lo increpó sin filtros: “¡Dejá de mentirnos, Martín, no tienen los votos! ¡Y dejá de mentirle al Presidente!”. Rogelio Frigerio respaldó sus palabras y recordó que los gobernadores “no responden a órdenes externas”.
Torres y la Patagonia, hartos de esperar
El chubutense Ignacio Torres también mostró fastidio. Si bien firmó un acuerdo con el ministro de Economía, Luis Caputo, por la condonación de deuda, aclaró que fue una resolución judicial y no un gesto político. “Ya compito contra libertarios acá y me acusan de cualquier cosa, pero que estén ayudando a los K…”, cuestionó.
Ante la falta de apoyo, los gobernadores patagónicos avanzaron con obras propias: un centro de brigadistas contra incendios y un gasoducto cordillerano, ambos compromisos que Nación nunca cumplió. “En lugar de esperar, empezamos a hacer las cosas nosotros”, resumió uno de ellos.
Un frente provincial en construcción
Según informó La 17, el malestar ya no se limita a reclamos puntuales. Gobernadores de distintas regiones trabajan en alianzas legislativas que podrían derivar en un interbloque parlamentario propio, orientado a defender intereses provinciales y tomar distancia del Ejecutivo nacional.
El conflicto escala y amenaza con romper puentes
La crisis entre los gobernadores y la Casa Rosada se agrava, y el flamante ministro Lisandro Catalán no logra encauzar el diálogo. Los mandatarios provinciales sienten que fueron ignorados y que las promesas quedaron en palabras. El enfrentamiento no solo se traduce en acusaciones, sino también en hechos concretos: alianzas políticas, proyectos financiados con recursos locales y un bloque parlamentario en ciernes.
La tensión marca un nuevo capítulo en la relación entre Milei y las provincias, donde los gobernadores parecen decididos a plantarse con fuerza frente al Gobierno nacional.