Nuevo esquema laboral para trabajadores y empresas en Argentina. La reforma laboral 2025 propone modificaciones estructurales en las condiciones de contratación, buscando flexibilizar el mercado y promover el empleo formal con nuevas modalidades.
Tras su gira por EE.UU., el presidente Javier Milei planteó que “tenemos que reformar el mercado de trabajo para que contratar sea más accesible para los distintos emprendimientos. Es necesario también sacarnos de encima el flagelo de la industria del juicio, que lleva negocios a la quiebra para beneficiar a unos pocos vivos”.
El mercado laboral argentino atraviesa una etapa de carácter mixto: según la Encuesta de Expectativas de Empleo de ManpowerGroup, la Expectativa Neta de Empleo (ENE) ajustada por estacionalidad se ubica en +5%, sin cambios respecto al trimestre anterior. De los empleadores encuestados, el 27 % planea incrementar su plantilla, el 24 % reducirla y el 45 % no proyecta cambios.
Luis Guastini, Director General y Presidente de Manpower Argentina, advierte: “aunque hay ciertas intenciones de proyección en sectores como el de Tecnología de la Información y Finanzas & Real Estate, aún tenemos las intenciones de contratación más débiles del mundo”.
Desde Randstad, Germán Ruiz describe el contexto como un año “cargado de un alto componente de incertidumbre, marcado por la volatilidad económica de las últimas semanas” producto del proceso electoral. Según Ruiz, las empresas “prefieren esperar señales claras que marquen el rumbo de la economía antes de comprometerse a contratar”.
Ruiz sostiene también: “no podemos hablar de un crecimiento generalizado del empleo en lo que resta del año”, aunque identifica sectores más dinámicos, como IT, Oil & Gas y ventas, como los que podrían liderar incorporaciones.
Un informe de PageGroup señala que el 86 % de las empresas aún usa contratos permanentes, pero crece la contratación temporaria y tercerizada, bajo modalidades como “professional fractional”, con altos niveles de seniority. Francisco Bianco, ejecutivo de Michael Page, agrega: “la mayoría de estas búsquedas responde a la llegada de nuevas firmas o al lanzamiento de nuevas unidades de negocio”, y estima que entre 80 % y la totalidad de esos profesionales terminan siendo efectivizados.
Los ejes clave de la reforma laboral 2025
La reforma que impulsa el oficialismo pretende flexibilizar el mercado laboral mediante ajustes que parten del DNU 70/2023 e incorporados en la Ley de Bases 27.742, aunque su sanción definitiva dependerá del cambio de mapa político en el Congreso post elecciones.
Entre las modificaciones previstas destacan:
- Ampliar el período de prueba de tres a seis meses, con posibilidad de extenderlo a ocho en pequeñas empresas y hasta 12 meses en microempresas.
- Eliminar multas adicionales por trabajo no registrado.
- Crear incentivos para que nuevos trabajadores se formalicen.
- La figura de “colaboradores” permitirá que un independiente pueda incorporar hasta cinco ayudantes sin generar una relación laboral tradicional.
- Modernizar la paritaria salarial: las negociaciones deberán tener parámetros regionales y sectoriales.
Guastini sostiene que la normativa vigente fue concebida para un modelo productivo desfasado, cuando “la estabilidad y la remuneración en el tiempo” eran los pilares protegidos. Agrega que el conocimiento actual se vuelve obsoleto rápidamente, por lo que la empleabilidad debe convertirse en una nueva protección normativa.
Según Ruiz, “más allá de una reforma y cambios que evidentemente son necesarios … no va a ser el único elemento que impulse la reactivación del empleo en el corto plazo”, dado el estancamiento estructural previo del empleo formal en el sector privado.
Relevancia e impacto de la reforma laboral 2025
La reforma laboral propuesta podría redefinir el esquema de empleo en Argentina, adaptándolo a las nuevas realidades tecnológicas y productivas. Si se implementa con éxito, permitirá que empresas flexibilicen sus estructuras y que trabajadores accedan a modos de empleo más variados. Pero, advierten los analistas, las normas por sí solas no generan empleo: el verdadero motor será la inversión, la estabilidad política y un marco regulatorio claro que densifique la formalización y reduzca la conflictividad, según informó iProUP.