El equipo económico se prepara para un trimestre crítico. Entre octubre de 2025 y enero de 2026, la Argentina deberá afrontar vencimientos de deuda por más de 6000 millones de dólares, en un contexto donde el financiamiento externo prometido aún no se ha materializado.
De acuerdo con estimaciones de la consultora Outlier, citadas por medios especializados, el calendario de pagos es exigente. Para noviembre está previsto un vencimiento de 850 millones de dólares con el Fondo Monetario Internacional. Ese mismo mes, también se deberá abonar unos 1000 millones de dólares correspondientes a la serie 3 del Bopreal. La presión culminará el 9 de enero de 2026, con un pago de bonos soberanos que ronda los 4300 millones de dólares.
La Espera por el Financiamiento Externo
La principal incógnita es cómo se cubrirán estos compromisos. El Gobierno confía en la concreción de un swap con Estados Unidos y un posible préstamo de bancos internacionales, pero ambas operaciones requieren tiempo y dependen del clima político posterior a las elecciones legislativas de octubre. El ministro de Economía, Luis Caputo, buscó transmitir tranquilidad en sus redes sociales: “En el equipo económico siempre trabajamos pensando en escenarios no deseados. Hace meses que preparamos alternativas”.
La Estrategia de Mercado y el Nivel de Reservas
Mientras se espera por el financiamiento, se observan movimientos en el mercado cambiario. El Tesoro norteamericano realizó ventas de dólares por más de 300 millones, una acción que permitió al Banco Central local pasar a ser comprador neto de divisas. Sin embargo, los depósitos en moneda extranjera del Tesoro Nacional cayeron a 188 millones de dólares, su nivel más bajo en casi un año. Analistas de GMA Capital interpretan estas compras como una estrategia de «remonetización», donde se inyectan pesos en la economía pero con el respaldo de la acumulación de reservas para cumplir con la deuda.
Los próximos meses serán un examen de fuego para la gestión financiera del Gobierno. La capacidad para honrar los vencimientos sin desestabilizar la economía dependerá de la concreción de las líneas de crédito externas y de la eficacia de las estrategias domésticas para fortalecer las reservas en un escenario global de alta incertidumbre. Información extraída del medio Radio3.