El narco, llamado César Gastelum Serrano, tiene pruebas que vinculan al empresario con el Cártel de Sinaloa.
A mediados de noviembre de 2015, México extraditó a Estados Unidos a un hombre llamado César Gastelum Serrano, otrora colaborador del narcotraficante Joaquín «El Chapo» Guzmán. De acuerdo con Crónica.
En esos días, el líder del Cártel de Sinaloa venía siendo requerido por una Corte federal por asociación delictiva y narcotráfico. Meses antes, en febrero de 2014, había sido capturado por infantes de marina mexicanos en un hotel en la ciudad turística de Mazatlán.
«Gastelum es señalado de traficar cocaína a gran escala a través de la ruta Colombia-Honduras-Guatemala hacia México con destino final en Estados Unidos», dijo en rueda de prensa el entonces titular de la Comisión Nacional de Seguridad de México, Monte Alejandro Rubido.
Pocos saben que el entonces colaborador de «El Chapo» se encontraba desde diciembre de 2014 en la lista de narcotraficantes «más buscados» del Departamento del Tesoro de Estados Unidos.
Conocido con el alias de «La Señora», Gastelum Serrano fue un operador clave del Cártel de Sinaloa para la expansión del grupo criminal hacia Centroamérica, debido a que era el encargado del traslado de la droga por Honduras, Guatemala, hasta llegar a México y finalizar en Estados Unidos.
En el denominado «juicio del siglo» que se llevó adelante contra «El Chapo» Guzmán en 2019, Gastelum Serrano fue uno de los testigos clave. Allí, llegó a confesar que sobornó a candidatos presidenciales en Guatemala, no casualmente el mismo país donde Federico «Fred» Machado supo instalar su principal base de operaciones.
De hecho, en aquel terruño creó la firma Minas del Pueblo S.A, desde la cual se sospecha que lavó millones y más millones de dólares. Es la misma empresa que, según José Luis Espert, lo contrató como consultor para «evaluar su deuda». Por ello, cobró 200.000 dólares, a pesar de que nunca realizó el trabajo de marras.
Nada parece casual: mientras estas líneas se escriben, Machado se encuentra camino a ser extraditado a EE.UU., para ser juzgado en Texas por narcotráfico y blanqueo de capitales a través de la firma Aircraft Guaranty Corporation.
Por caso, ocho aviones pertenecientes a esa empresa fueron decomisados o derribados con un total de más de 10.000 kilos de cocaína. Los destinos han sido múltiples y variados: Colombia, Venezuela, Honduras, Belice y México. El principal de ellos es casi cantado: Guatemala. Y algo más: los investigadores determinaron que dos de esos «narcojets» estaban al servicio del Cártel de Sinaloa.
En tal contexto, el implacable fiscal de Texas, Nicholas Ganjei, buscará que Gastelum Serrano brinde puntuales detalles sobre los vínculos entre Machado y el cártel comandado en su momento por el «Chapo» Guzmán. Ello explica la resistencia de «Fred» a la hora de ser extraditado.
Chapo Guzmán: el juicio del siglo
Joaquín «El Chapo» Guzmán fue trasladado a los tribunales cerca de las 11.30 de la noche del 16 de julio de 2019, en medio de un impresionante operativo de seguridad que incluyó helicópteros de la Policía estadounidense.
La sentencia a cadena perpetua contra el famoso narcotraficante mexicano marcó el cierre de un extenso y costoso proceso judicial, considerado el más grande en la historia de Estados Unidos contra un líder narco, que puso en el banquillo al exjefe del poderoso Cártel de Sinaloa.
Guzmán había sido detenido en México en 2016 y, por primera vez, extraditado a Estados Unidos para enfrentar un juicio que se extendió durante tres meses, en el que declararon 56 testigos. Luego de seis días de deliberaciones, el jurado lo declaró culpable el 12 de febrero de todos los cargos.
El proceso ya es considerado uno de los mayores triunfos judiciales desde que Washington lanzó su guerra contra las drogas en 1971.
A sus 62 años, Guzmán fue hallado culpable de diez cargos vinculados al narcotráfico, entre ellos liderar una empresa criminal continua, tráfico de drogas, uso de armas de fuego y lavado de dinero. Desde entonces, permanece detenido en una cárcel federal de máxima seguridad en Manhattan, una de las prisiones más estrictas del país.