Una productora rural de Chubut denunció la caza indiscriminada de guanacos y burros en la zona de Garayalde y la Ruta 27.
Más de cuarenta animales fueron encontrados muertos, lo que alerta sobre la falta de controles y amenaza la fauna autóctona y el turismo rural.
Azucena Caamaño, propietaria de campos en la meseta chubutense, detalló a ADNSUR cómo los cazadores ingresan de noche, con reflectores, matan a los animales y se llevan solo los cortes comerciales.
“Vienen permanentemente, de noche, matan guanacos preñados y dejan restos y basura en el campo. Solo en mi propiedad encontré más de cuarenta cadáveres”, señaló.
La situación no solo afecta a los guanacos, sino también a burros domésticos que la productora había criado durante más de una década.
Impacto sobre turismo y biodiversidad
El objetivo de Caamaño era desarrollar turismo rural y avistaje de fauna en la zona, pero la caza furtiva amenaza seriamente este proyecto. La meseta cuenta con especies autóctonas como guanacos, choiques, zorros patagónicos y aves rapaces, cuyo equilibrio ecológico está en riesgo por la ausencia de controles efectivos.
Preocupación y pedido de intervención
La productora remarcó que los cazadores actúan armados y de manera organizada, dificultando cualquier intervención. “No se puede salir a enfrentarlos, es gente armada. Necesitamos que las autoridades actúen para proteger la fauna y evitar que se comercialice clandestinamente la carne de estos animales”, afirmó.
Caamaño destacó que varios productores vecinos están viviendo la misma situación y alertó que esta masacre nocturna pasa inadvertida pese a su gravedad.
Llamado a autoridades y protección de la fauna
“Necesitamos que alguien haga algo. No puede ser que entren a nuestros campos, maten animales y nadie los controle. Hay que cuidar la fauna para las próximas generaciones”, concluyó Azucena, instando a una intervención urgente de la policía y de los organismos ambientales.




