El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, otorgó una exención completa a Hungría respecto de las sanciones impuestas a la importación de petróleo y gas ruso
La medida surge tras la reunión que mantuvo con el primer ministro Viktor Orbán en la Casa Blanca, en un contexto global marcado por tensiones energéticas y geopolíticas. Según DW, Hungría depende en gran medida de los suministros energéticos provenientes de Rusia, motivo central que sustentó su pedido de excepción.
Defensa del abastecimiento energético húngaro
El ministro de Relaciones Exteriores de Hungría, Peter Szijarto, celebró el anuncio y lo calificó como una decisión crucial para garantizar la “seguridad energética” del país. La administración de Viktor Orbán mantiene vínculos estrechos con el Kremlin, lo que ha generado debate dentro de la Unión Europea debido a la guerra en Ucrania y las sanciones internacionales dirigidas a limitar los ingresos energéticos de Rusia.
Trump, durante la conferencia previa al encuentro, indicó que la situación de Hungría es particular debido a su ubicación geográfica y falta de acceso marítimo. En este sentido, señaló que el país europeo enfrenta serias dificultades para diversificar sus fuentes energéticas sin afectar su abastecimiento interno.
El contexto de las sanciones a Rusia
El gobierno estadounidense había impuesto el mes pasado nuevas sanciones a las principales compañías petroleras rusas, Rosneft y Lukoil, como respuesta a la continuidad de la guerra en territorio ucraniano. En esa ocasión, Washington instó a los países europeos a reducir su dependencia de la energía rusa como parte de una estrategia diplomática y económica más amplia.
Sin embargo, Hungría expresó reiteradamente que una desconexión brusca sería perjudicial para su economía y sus ciudadanos, lo que explica su pedido directo a la Casa Blanca.
Una relación política que se mantiene desde 2016
La alianza política entre Trump y Orbán no es nueva. Desde la primera campaña presidencial de Trump en 2016, el mandatario húngaro mostró su apoyo, posicionándose como uno de sus aliados más firmes dentro de Europa. Esta sintonía diplomática influyó directamente en la concesión de la exención, considerada un gesto estratégico y también ideológico.
La medida refuerza la dependencia energética de Hungría respecto de Rusia, pero al mismo tiempo refleja una relación bilateral que prioriza la estabilidad interna del país europeo. La decisión podría generar tensiones con otros socios occidentales, especialmente dentro de la Unión Europea, que mantiene una postura más estricta respecto del régimen ruso y la guerra en Ucrania.




