La desaparición de Pedro Kreder (80) y Juana Morales (69) continúa siendo un misterio irresuelto para la justicia y un doloroso calvario para su familia.
Casi sesenta días después de su último contacto, la investigación no ha podido determinar qué ocurrió tras el hallazgo de su camioneta en Rocas Coloradas, un hecho que mantiene en vilo a la comunidad y desgasta la esperanza de sus seres queridos. Como reportó el medio La17, la ausencia total de pruebas materiales y la lentitud de las pericias han convertido la búsqueda en una desesperante espera sin respuestas.
Un vacío de información que desgasta la esperanza de la familia
El paso del tiempo no ha aportado claridad al caso. «Estamos como el primer día, no hay absolutamente nada nuevo», declaró Claudia Kreder, hija de Pedro, al medio local. Esta falta de avances concretos ha transformado la certeza inicial en una angustiosa duda: «Lo que para nosotros era una afirmación, una certeza de que los íbamos a encontrar, hoy se convirtió en esta pregunta: ¿los vamos a encontrar?».
La familia intenta mantener cierta normalidad, pero la incertidumbre lo invade todo. «Intentamos volver a la normalidad, pero es imposible. La vida cambió y necesitamos respuestas para poder recuperarla», expresó Claudia, quien además señala un cambio preocupante en el ritmo de la búsqueda: «La semana pasada no hubo búsqueda. Antes nos llamaban todos los días y ahora somos nosotras las que tenemos que llamar para preguntar si hay novedades».
Pericias pendientes y la hipótesis del mar que perdió fuerza
La investigación enfrenta una grave demora en elementos clave que podrían arrojar luz sobre el caso. Según detalló la familia, aún no se conocen los resultados del análisis de ADN solicitado hace semanas, ni hay definición sobre las huellas dactilares halladas en el vehículo. «Van a ser dos meses y todavía no se puede saber si hubo un tercero dentro de la camioneta», lamentó Claudia Kreder.
La ausencia total de indicios –»no haya aparecido un zapato, una prenda, el teléfono o algo»– genera desconcierto. Entre las primeras hipótesis, la posibilidad de un incidente en el mar ha perdido peso. «Lo del mar está casi descartado. Entiendo que el mar devuelve. En Bahía Bustamante se buscó y no se encontró nada», explicó Claudia, cerrando una de las pocas pistas iniciales que se manejaron.
Con la familia a la espera de pericias clave que se demoran y una búsqueda activa que parece perder intensidad, el caso Kreder-Morales se sumerge en un limbo investigativo. Mientras tanto, los allegados no descartan recurrir a especialistas externos y mantienen viva la gratitud por el acompañamiento social recibido. Sin embargo, cada día que pasa sin novedades profundiza el dolor y la incertidumbre, dejando una pregunta crucial sin responder: ¿qué ocurrió con Pedro Kreder y Juana Morales en la soledad de Rocas Coloradas?




