Un ataque sorpresa perpetrado por un único francotirador del Estado Islámico (ISIS) terminó con la vida de tres estadounidenses este sábado en el noreste de Siria. El Comando Central de EE.UU. confirmó la muerte de dos militares y un intérprete civil, además de otros tres soldados heridos.
El incidente, que representa una de las mayores pérdidas para las fuerzas estadounidenses en la región en los últimos meses, ocurrió mientras el personal mantenía una reunión de coordinación con líderes locales en territorio sirio. Según informó el Comando Central de Estados Unidos (CENTCOM), un «tirador solitario» afiliado a ISIS tendió una emboscada al grupo. El atacante fue posteriormente abatido por las fuerzas estadounidenses, detalló el organismo militar en un comunicado oficial.
El principal portavoz del Pentágono, Sean Parnell, amplió la información en sus redes sociales, explicando que la misión de los soldados era «apoyar las operaciones antiterroristas y contra el ISIS en curso en la región». El ataque subraya los persistentes riesgos que enfrentan las aproximadamente 900 tropas estadounidenses que permanecen desplegadas en Siria, principalmente en la región noreste, para evitar el resurgimiento del grupo terrorista.
Una respuesta contundente de Washington
La noticia desencadenó una fuerte reacción por parte de las más altas autoridades estadounidenses. El secretario de Guerra, Pete Hegseth, respondió con un mensaje claro y contundente en su cuenta de X (antes Twitter), dirigido tanto a grupos terroristas como a potenciales adversarios.
«Si atacan a estadounidenses, en cualquier parte del mundo, pasarán el resto de su corta y angustiosa vida sabiendo que Estados Unidos los perseguirá, los encontrará y los eliminará sin piedad», escribió Hegseth. Esta declaración refleja la doctrina de cero tolerancia hacia ataques contra personal estadounidense y anticipa posibles acciones de represalia en las próximas horas o días.
Un recordatorio del frágil escenario en Siria
El fatal ataque con francotirador sirve como un duro recordatorio de la volatilidad y el peligro constante en el noreste de Siria. A pesar de la derrota territorial del Califato de ISIS en 2019, células residuales del grupo continúan operando, realizando ataques esporádicos contra fuerzas de la coalición, el ejército sirio y civiles.
Este incidente probablemente reavivará el debate interno en Washington sobre la continuidad de la misión militar estadounidense en Siria, que se centra en la estabilización y la prevención de un resurgimiento terrorista. La muerte de tres ciudadanos estadounidenses en una sola emboscada pondrá a prueba la estrategia actual y podría llevar a una reevaluación táctica en el terreno para proteger a las tropas desplegadas. Informo el medio DW.




