Los integrantes del Centro de Atención Integral al Niño y Adolescente en Riesgo “estaremos el resto de nuestras vidas agradecidos con el gobernador Martín Buzzi. Nos ha dado lo que nadie nos dio, hizo lo que nadie hizo por nosotros, nos ha tendido las dos manos y eso no tiene precio en la vida”, dijo emocionada su fundadora, Gladys Urrutia.
Los integrantes del Centro de Atención Integral al Niño y Adolescente en Riesgo de Puerto Madryn (CAINAR) debieron esperar 19 años para que un Gobierno Provincial atendiera la necesidad de contar con instalaciones adecuadas para prestar contención a niños y jóvenes con problemas delictivos, conflictos con la ley penal y de drogadicción.
En ese sentido, el gobernador Martín Buzzi destinó más de 1 millón de pesos para la ejecución de la sede propia de la entidad, lo que ya comenzó a ser visible y “para nosotros es muy importante. Esperamos durante 19 años poder conseguir lo que nos otorgó este Gobernador. Es importante y llega realmente a lo más profundo de nuestro corazón. Nunca pensamos que lo íbamos a lograr”, señaló una de las fundadoras del centro, Gladys Urrutia.
“Estaremos el resto de nuestra vida agradecidos con el Gobernador”
La obra “se está construyendo, avanza y no nos han desamparado, sino por el contrario. El Gobernador nos ha dado una mano tan grande que nunca nadie nos dio, que estaremos el resto de nuestra vida agradecidos con él. Ya se está construyendo la primera etapa de nuestro proyecto, en el que lo más importante es contar con un salón, sanitarios y una cocina amplia, pero por sobre todo el consultorio para el terapeuta”, remarcó.
“Tenemos más de 20 menores por día que transitan por CAINAR, ya sea por trabajo de prevención o de asistencia, todos en situación social crítica, menores en situación de calle, con problemas familiares, en su mayoría judicializados. Contamos con un equipo interdisciplinario de salud que se ocupa de los tratamientos, y los miércoles tenemos el programa de intervención y asistencia a los jóvenes privados de su libertad; atendemos a jóvenes con problemáticas de consumo de drogas, problemas delictivos y su conflicto con la ley, con el objeto de lograr reinsertarlos en la sociedad como personas de bien”, explicó Urrutia.
“Es un trabajo al que le escapa todo el mundo, pero nosotros lo hacemos. Antes de fundar CAINAR hice un trabajo de campo con presos de la Cárcel de Caseros y comprendí lo importante de ayudar a los jóvenes privados de su libertad a partir de las problemáticas profundas que tienen. Y en esta intención de reinsertarlos en la sociedad obviamente no lo logramos con todos, pero hay un buen porcentaje que lo consigue”, subrayó Gladys Urrutia.
Según explicó, “se hace un tratamiento que dura aproximadamente dos años, pero enfrentamos la problemática de que algunos salen en libertad antes y abandonan el proceso, porque la Justicia no les impone la exigencia de continuar con el tratamiento. Y abandonar significa reincidir”, añadió.
“No pedimos grandes cosas, sino ayuda para ayudar. Esta vez pedimos ayuda a Rawson y el Gobernador nos contestó, lo que significa muchísimo para nosotros y vemos que nuestro sueño se hace realidad”, expresó.
Buzzi “nos ha dado lo que nadie nos dio, hizo lo que nadie por nosotros”
“Que el gobernador Martín Buzzi sepa, de parte de toda la Comisión Directiva y el equipo multidisciplinario, que el agradecimiento será eterno porque nos ha dado lo que nadie nos dio, hizo lo que nadie hizo por nosotros, nos ha tendido las dos manos y eso no tiene precio en la vida. Le agradecemos de todo corazón y la gente de CAINAR le estamos tremendamente agradecida y le deseamos el mayor éxito para el año próximo”, subrayó Gladys Urrutia.
Por otro lado “estamos restringidos económicamente porque la Municipalidad nos sacó el almuerzo que nos daba para los chicos, algo que se había mantenido desde el año 1998. También nos sacó la mercadería que nos aportaba para la merienda, y los planes sociales para el personal. Ahora no tenemos personal, ni mercadería ni almuerzo, y como nuestra tarea es totalmente gratuita, no tenemos cómo pagar nosotros todo eso”, reflejó luego.
“El Gobierno Provincial nos apoya” con la construcción de la sede propia y con “el aporte de los profesionales, el resto trabajamos todos gratis. Durante todos estos años, los planes de empleo eran renovados, pero ahora nos privaron de eso. Nuestra cocinera tenía un Plan PIL de 1.200 pesos, la pasaron a un contrato y ahora sin aviso acaban de darla de baja con el esposo enfermo”, dijo.