En los primeros cinco meses del año se importaron desde Chile 1.240 toneladas de manzana. Esa apertura indiscriminada de fruta que se produce en la argentina arruinó a los productores rionegrinos que ven cómo se les pudre la cosecha por no poder venderla a un precio justo que les cubra costos y les deje ganancia.
La apertura indiscriminada de las importaciones impacta absolutamente en todos los sectores y no solo en el de bienes manufacturados sino que también golpea a la producción frutícola patagónica.
Sólo en los primeros cinco meses de 2017 se importaron 1240 toneladas de manzanas provenientes principalmente de Chile y esto definitivamente arruina a los productores patagónicos.
Lo tremendo es que trata de una cifra 892% superior respecto de igual periodo de 2016, cuando ingresaron al país unas 3.100 toneladas.
Si el nivel de importaciones registrado desde enero de 2016 se compara con 2014 y 2015, el aumento es alarmante dado que en esos años se importaron 288 y 45 toneladas, respectivamente.
Hoy los productores de Río Negro sufren las consecuencias de esa política aperturista y tienen que tirar su producción de manzanas porque es más barato que levantar la cosecha y venderla por escasas monedas por tonelada.