Como salido de una película de terror: así podría clasificarse el brutal homicidio que tuvo lugar ayer en un domicilio de Gorina, donde un joven de 29 años asesinó a palazos en la cabeza a su abuela de 73, en medio de un ataque de furia.
Fuentes policiales indicaron que todo se desarrolló en una propiedad emplazada en 139 entre 477 y 478, donde vivía Valentina Peralta, una empleada doméstica que tenía tres hijos y cuatro nietos. El mayor de ellos, de nombre Matías y de oficio parquero, residía con ella en una habitación separada, aunque la relación entre ambos no era buena. Solían discutir y, de acuerdo a los voceros consultados, en más de una ocasión él la habría golpeado, motivo por el cual ella lo había denunciado.
Pero la situación se descontroló ayer, cuando aparentemente el muchacho quiso ingresar a la casa y la mujer no lo dejó. “Estaba alcoholizado y también habría consumido pastillas”, contó ante este diario un vecino de la zona.
Sin embargo, el sujeto logró entrar a la vivienda pasadas las 19.30, sorprendió a la damnificada sentada en el sillón del living y la sometió a una verdadera paliza con un elemento contundente. “Le pegó en la cabeza hasta matarla”, se lee en el parte oficial, al que el diario Hoy tuvo acceso.
A continuación, el agresor llamó al 911 y dijo: “Es mi cumpleaños y lo festejé matando a mi abuela”. Instantes después, los agentes del Comando de Patrullas, coordinados por el comisario Ricardo Astopini, corroboraron el hecho y atraparon al causante, quien aún se encontraba en el lugar. “Estaba bastante tranquilo y se dejó poner las esposas”, aseveró un pesquisa.
Después, los uniformados convocaron al Gabinete de Homicidios de la DDI, al mando de Pedro Beltrame, cuyos peritos llevaron a cabo las tareas de rigor, junto a sus pares de la Policía Científica y el personal de la Jefatura Distrital Norte, de Germán Rodríguez.
Los frentistas de la cuadra no salían de su asombro ante lo dantesco del suceso. “Conocía a Valentina desde hacía muchos años. Ayer (por anteayer) nos cruzamos en la calle, me preguntó por el hijo, del cual soy amigo y nos deseamos felicidades por las fiestas. Ella trabajaba como empleada doméstica todos los días, desde las 10 hasta las 17. Era muy querida. Y ahora me enteré de esto. Fue un baldazo de agua fría”. El hombre puntualizó que “al nieto lo conocía poco, solo nos saludábamos. Trabajó en una fábrica pero lo echaron hace más de un año y después se dedicó a hacer changas”.
Otra vecina indicó que el presunto atacante “era esquizofrénico y estaba bajo tratamiento. No sabemos qué hacía viviendo con ella, porque debería estar internado”.
Por último, los investigadores señalaron que la víctima fatal pasó “sola la Navidad, en su casa y sin su nieto”.
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