Una aventura que se convirtió en una tragedia. César Cedermaz, el cordobés que había desaparecido el viernes pasado con su velero en España, apareció muerto. La Guardia Civil y un grupo de sus amigos, que lo estaban buscando en las costas de Mallorca, hallaron el cuerpo en la misma zona en donde estaban sumergidos los restos de la embarcación.
El joven, de 37 años, había zarpado el 30 de marzo desde Salou, en Tarragona, rumbo a Ibiza, era el único tripulante a bordo del Semental III. Según explicó el Diario de Mallorca, el argentino quedó en medio de un fuerte oleaje y no estaba familiarizado con la nave, ya que lo acababa de comprar.
Uno de sus amigos le había relatado al mismo portal que el barco, además, tenía una avería en la batería. Por este motivo, el jueves por la tarde lo habían dejado en Sitges, para luego seguir viaje a Denia. Sin embargo, Cedermaz manifestó que estaba muy apurado por llegar a destino -tenía que tomar un avión rumbo a Brasil- y se fue solo sin la titulación necesaria para la travesía.
El cordobés era un emprendedor que se dedicó en los últimos años al alquiler de motos en España. «Un chico estupendo, con impulso y ganas de vivir», relató a este medio Samuel, uno de sus amigos que vive en París. «Le gustaba mucho la vida», agregó.
Las autoridades españolas confirmaron que mañana está prevista una autopsia para determinar las causas de muerte. Los servicios de emergencia habían iniciado un exhaustivo operativo de búsqueda desde el fin de semana pasado. Oficiales de Salvamento Marítimo, la Guardia Civil y hasta el Ejército de Aire se encargaron de rastrear la zona.
La última comunicación del joven fue un mensaje enviado a su pareja, una joven oriunda de Brasil. El cordobés le avisó que había tenido un problema con el Semental III y que avistaba la costa de Mallorca. A partir de ahí, no supieron más de él.
Lo primero que encontraron fueron los restos del velero, que estaban hundidos en Cala Sant Vicenç. Tras confirmar que la matrícula coincidía con la de la nave desaparecida, cuatro amigos de la víctima viajaron hasta la ciudad para sumarse al operativo. Y fueron ellos los primeros en divisar el cuerpo en una zona de acantilados, cerca de donde estaban los restos de la embarcación.
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