Otra vez preocupa la salud mental de La Tota Santillán. Anoche, el animador fue internado de urgencia en un hospital de Mar del Plata, después de que su abogado y sus hijos notaran una conducta extraña. Según los profesionales, Santillán sufrió un episodio de alienación, provocado por insomnio y su obsesión con el trabajo.
El abogado Roberto Casorla, que además es amigo personal de La Tota, contó a TN Show que ayer habló con él por teléfono cerca de las 3 de la tarde y el animador lo descoló con una frase: «Qué gran momento vive Federico Luppi» (el actor murió en octubre del año pasado). Luego, le habló de episodios de la época de Alejandro Romay como si ocurrieran en tiempo presente. «Eran hechos lógicos, pero de otros años», apuntó el letrado.
El hijo de La Tota, Coco, que viajó a Mar del Plata especialmente para asistir a su padre, también notó este comportamiento extraño, además de una actitud agresiva y pensamientos suicidas, y resolvió internarlo. La familia no quiere dar datos precisos del lugar de internación para preservar la intimidad del animador.
El letrado descartó rotundamente versiones de abusos de sustancias, aclaró que La Tota no consume drogas ni alcohol y vive a agua, especialmente del episodio que protagonizó en Vicente López el año pasado, cuando fue detenido por llevarse mercadería de un local. Además, dijo que el insomnio es su principal problema. «Desde hace meses que sólo duerme una hora y media, dos. Vive en una vorágine de acelere constante», se lamentó.
Para graficar que su cliente siempre estuvo «limpio», Casorla recordó una anécdota que suele contar La Tota: «Probó droga con Rodrigo y solamente para molestarlo a él. Resulta que él se enojaba mucho cuando Rodrigo estaba drogado y un día que lo vio muy mal, le sacó una bolsa de cocaína que él tenía en el bolsillo y él se la puso en la nariz y le dijo ‘te gusta verme así?’. Ese fue el contacto más cercano que tuvo con la droga».
El miércoles, el conductor tropical ya había pasado por una clínica, pero los profesionales determinaron que no debía quedar internado. Estuvo en la guardia unas horas y luego se retiró, junto a su hijo.
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