Tras una maratónica sesión de más de diez horas, el expresidente brasileño quedó a un paso de la cárcel luego de que el Supremo Tribunal Federal (STF) negó un recurso de habeas corpus interpuesto por el máximo líder del Partido de los Trabajadores (PT) para evitar ir a prisión y apelar en libertad su condena en segunda instancia por corrupción .
El cónclave de los 11 jueces de la Corte en Brasilia dejó como resultado seis votos por el rechazo del beneficio y cinco a favor. En un clima de mucho nerviosismo dentro de la sala del STF y de alta tensión en las calles de todo Brasil entre simpatizantes y detractores a Lula, votaron en contra del recurso de habeas corpus del exmandatario los jueces Edson Fachin, Alexandre de Moraes, Luis Roberto Barroso, Rosa Weber, Luiz Fux y la presidenta de la Corte, Carmen Lucía Antunes Rocha. En cambio, Gilmar Mendes, José Antonio Dias Toffoli, Ricardo Lewandowski, Marco Aurelio Mello, y José Celso de Mello se expresaron a favor de modificar la jurisprudencia actual del tribunal -establecida en 2016- que prevé el cumplimiento de las penas de prisión tras una condena en segundo grado, al alegar que la Constitución garantiza la presunción de inocencia hasta que haya una condena definitiva.
Pasada la medianoche, con el tablero empatado en 5-5, correspondió a la presidenta del STF emitir el voto final que selló la suerte de Lula, aunque se sabía desde temprano que iría en contra de revisar la jurisprudencia vigente. La gran sorpresa de la jornada fue la postura de la magistrada Weber, quien había mantenido su opinión reservada hasta la sesión y cuyo voto era decisivo para alcanzar una mayoría. Cuando terminó de emitirlo, grupos opositores a Lula que se habían reunido en diversos puntos del país estallaron en júbilo, como si se tratara de un gol de un campeonato de fútbol. En las calles hubo bocinazos y gritos de alegría que contrastaron con las caras de decepción de los seguidores del líder petista.
Una vez que se terminen de aclarar algunos detalles administrativos del proceso en segunda instancia que pueden demorar algunos días, la orden de detención de Lula debería ser firmada por el juez federal de primer grado Sergio Moro, en Curitiba. Fue Moro quien en julio de 2017, en el marco de la Operación Lava Jato, halló culpable a Lula de corrupción y lavado de dinero por haber recibido de la constructora OAS un departamento tríplex en Guarujá como soborno en especie a cambio de garantizarle a la empresa jugosos contratos con la estatal Petrobras durante su gobierno (2003-2010).
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