Gastón Salas (20) se convirtió hace apenas horas en el primer ganador de Bake Off Argentina, el reality gastronómico internacional, conducido en el país por Paula Chaves (33) desde mediados de abril, cuando el ciclo debutó y se apoderó del rating de los domingos en Telefe.
Con una enorme torta en honor a su ciudad natal, Comodoro Rivadavia, la promesa chubutense se quedó con 500 mil pesos y el primer lugar del certamen de pastelería que tiene locos a los argentinos.
Es que su creación deslumbró al jurado compuesto por Pamela Villar, Damián Betular y Christophe Krywonis, y así Salas logró vencer al otro finalista del programa: Hernán Lambertucci(37), más conocido como «el buen mozo» del concurso.
«Antes de conocer el resultado del jurado, con Hernán nos abrazamos y dijimos ‘que gane el que tenga que ganar’. Él era un buen contrincante, difícil de vencer, porque en los sabores es un pastelero perfecto», reconoció Gastón a pocas horas de su triunfo, en una entrevista para Clarín.
«Se creó un grupo muy lindo y unido. De hecho la final la vi en mi departamento con mi primo y con Julia (otra de las participantes)», agregó Gastón, quien hoy cuenta con el título al mejor pastelero del programa de Telefe y hasta explicó por qué se cree campeón.
«Soy muy perseverante y cuando algo me sale mal trato de ver la solución enseguida y resolverlo», dijo al respecto.
Pero para este joven pastelero su paso por el ciclo gourmet del canal de las pelotas es sólo una muestra de sacrificio. «Empecé de muy chico y fue gracias a mis abuelas, Mabel y Cristina, y mi bisabuela Irene. Tenía 5 años y era como un juego pero me terminó gustando y cuando cumplí 12 ya arranqué con mi propio emprendimiento de tortas a domicilio en Comodoro», explicó Gastón.
«Mis papás me ayudaban a entregar los pedidos, a comprar los ingredientes que me faltaban y yo con la ganancia de las primeras ventas comencé poco a poco a comprarme nuevos utensilios de cocina, mis batidoras, todo para mejorar la producción de las tortas», recordó con emoción el joven pastelero, en cuyo hogar ostenta el lugar del hijo del medio, ya que primero está Matías, futuro profesor de Educación Física, y luego vienen los pequeños Thiago y Mía, quienes todavía van a la escuela.
«Fue un trayecto largo y hoy veo la recompensa. Sin mi familia nada de esto hubiese sido posible. Mis padres (Mónica y Mariano) siempre me brindaron su apoyo incondicional y toda su confianza», agregó emocionado el campeón de Bake Off, quien desde hace tres meses alquila un departamento en Capital Federal para poder asistir a las grabaciones y ampliar sus horizontes culinarios.
Hijo de una ama de casa y un empleado petrolero, Gastón ya cumplió su primer deseo para ir por su sueño mayor. «Me encantaría trabajar en televisión, tener mi propio programa de cocina para chicos, pero por el momento mi próximo gran paso será perfeccionarme y quiero hacerlo en el exterior. Quiero irme a estudiar en España», reveló el autodidacta cocinero, confiado en que los cursos y talleres que brinda en distintos puntos de la Ciudad le permitan incrementar sus ahorros para llegar a Europa.
Además, él piensa destinar el premio mayor del reality para viajar a Madrid y empezar a formarse profesionalmente como pastelero. «Hace dos años terminé el secundario y hasta el momento nunca me capacité de manera profesional. Yo sé que en casa me van a extrañar así como en mi ciudad, donde suelen confundir a mi hermano mayor conmigo y hasta le piden fotos en la calle, pero pronto volveré. Comodoro Rivadavia es mi lugar en el mundo», cerró emocionado.
Clarín