La devaluación y la inflación reabrieron la discusión por el poder adquisitivo del salario y las negociaciones paritarias. Sin embargo, no todos los asalariados tienen la misma situación. Mientras que para los trabajadores que se dedican a la minería el ingreso promedio mensual ronda los $66.000 y ocupan el podio de la lista entre los empleos mejor pagos en el país, para quienes trabajan en hoteles y restaurantes ese número desciende a los $12.000, con lo que cierren la muestra. Así surge de los datos oficiales del Ministerio de Trabajo para abril pasado.
Los trabajadores privados registrados en relación de dependencia reciben una remuneración bruta promedio de $23.205, sobre un total de 6,3 millones de personas que involucra esa modalidad. Aquí se observan diferencias en 14 rubros analizados, que incluyen distintas industrias, la construcción, el comercio, actividades financieras, enseñanza y servicios sociales y de salud, entre otros. Si se toma la remuneración media, la cifra alcanza los $29.173.
El ranking lo lidera el grupo de trabajadores de la explotación de minas y canteras, donde el salario promedio es de $66.791. Allí están los mineros, pero también los petroleros. Le sigue el rubro de suministro de electricidad, gas y agua (enrolados en las empresas de servicios públicos, principalmente), que tiene un sueldo aproximado de $51.425.
En contrapartida, los trabajadores que menos ganan son los que se desempeñan en hoteles y restaurantes, donde el ingreso es de $12.337, y agricultura, ganadería, caza y silvicultura, que se encuentra en $14.089. Luego están los trabajadores de enseñanza, cuyo sueldo promedio es de $15.315.
«En la medida en que haya una inversión de capital físico muy fuerte, como maquinaria, la remuneración va a ser más alta. Por eso, explotación de minas tiene salarios más altos. La otra clave es el capital humano», sostuvieron en el Ministerio de Trabajo. «También influye la cantidad de horas. En el sector hotelero y restaurantes, que tiene trabajos part-time, hay muchos jóvenes de poca antigüedad y poca calificación. Después, hay que distinguir si se trata de empresas con mayores ventas o mayor valor agregado», completaron.
Martin Alfie, economista de la consultora Radar, entiende que la diferencia salarial entre las distintas actividades radica en «la elevada heterogeneidad de la estructura productiva argentina». Pero también depende del tamaño de las compañías. «En general hay una correlación positiva entre el tamaño promedio de las empresas y el nivel salarial. Y hay que tener en cuenta la capacidad de negociación de los sindicatos», contó.
En el sector de minería e hidrocarburíferos, los salarios están atados a precios internacionales y jornadas laborales especiales. Martín Kalos, director de Epyca, manifestó que esta actividad «siempre tuvo salarios por encima del promedio tanto por su capacidad sindical como por la dificultad de compensar a los trabajadores, que están apartados en lugares como la cordillera y el sur».
Además, hay regímenes laborales especiales, por ejemplo, de cinco días de trabajo, de jornadas intensas y tanto minería como petróleo y gas son actividades ligadas a la exportación. «Hay una riqueza natural que tienen márgenes de ganancia muy grande respecto a la extracción», dijo Kalos.
La hotelería registra un ingreso medio inferior, «ya que suelen ser empresas chicas, de productividad relativamente más baja y que absorben trabajadores con calificación menor», analizó Alfie.
En la agricultura, que presenta una remuneración promedio de $14.089, se produce una relación inversa a la de las minas y canteras. «Se beneficia de recursos naturales, pero la cadena productiva de la agroindustria hace que el sector en sí venda a otros eslabones y la apropiación de la ganancia la tiene el exportador y no el productor», sostuvo Kalos.
La industria se caracteriza por una gran heterogeneidad de rubros, pero está directamente vinculada al consumo y a los distintos convenios laborales.
En el caso de la enseñanza, tercera entre los que menos ganan, se rige principalmente por la modalidad del «docente taxi», por la que los maestros toman más de un puesto de trabajo en distintos colegios para sumar un ingreso mayor.
Valeria Bohórquez, directora de Career en Mercer, analizó que los salarios se organizan a partir de factores como la rentabilidad del negocio, que hace a la capacidad de pago, la experiencia requerida y la capacidad de negociación de los convenios colectivos de trabajo.
«Es importante tener en cuenta beneficios intangibles, la formación, la empleabilidad, son variables que hacen al trabajo, pero hay cuestiones cualitativas que son importantes a la hora de pensar en un trabajo», dijo. Por ejemplo, en el caso de perfiles jóvenes que están dispuestos a ingresar a un lugar de trabajo porque hay posibilidades de aprendizaje o formación para sentar buenas bases para una carrera.
Por último, contó que este año la preocupación principal es la inflación en todos los sectores. «Las empresas intentan proyectar cuál va a ser el movimiento del resto del año para compensar a los empleados. En general, piensan un numero que se acerque al 30% para que los empleados no pierdan poder adquisitivo», concluyó.
La Nación