El gobierno de Mauricio Macri comenzó ayer las conversaciones con los ministros de Economía de las cinco provincias controladas por Cambiemos y lanzó así la ronda de conversaciones por el ajuste fiscal, a las que sumará luego a las demás provincias de la oposición. Y confirmó el objetivo de firmar un gran acuerdo nacional con todas las provincias por un proyecto de ley de presupuesto 2019 antes del 15 de septiembre, cuando lo enviará al Congreso para el debate.
En la residencia presidencial de Olivos, a metros de Macri, el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, y su par de Interior, Rogelio Frigerio, se reunieron con sus pares de Economía de Buenos Aires, la ciudad de Buenos Aires (CABA), Mendoza, Jujuy y Corrientes. La reunión duró una hora y media y se repasaron todos los aspectos presupuestarios.
«Fue una reunión positiva, la primera formal con los ministros provinciales, enfocada en revisar la distribución de fondos de la Nación a las provincias de 2018 para cumplir con la meta de déficit fiscal del 1,3% del PBI el año que viene», señaló a LA NACION un ministro que negocia con los provinciales.
En rigor, Dujovne y Frigerio recibieron en Olivos a los ministros Hernán Lacunza (Buenos Aires) y Martín Mura (CABA), de Pro, y a los radicales Enrique Vaz Torres (Corrientes), Lisandro Nieri (Mendoza) y Carlos Sadir (Jujuy). Estaban todos los aliados de Cambiemos, en medio de las tensiones internas del frente oficialista.
Esos ministros son los que reportan a los gobernadores propios: María Eugenia Vidal (Buenos Aires), Horacio Rodríguez Larreta (CABA), Gustavo Valdés (Corrientes), Alfredo Cornejo (Mendoza) y Gerardo Morales (Jujuy).
Además, estuvieron presentes el secretario de Hacienda, Rodrigo Pena, y el secretario de Provincias y Municipios, Alejandro Caldarelli, ambos claves en las decisiones presupuestarias. Por cuerda separada, Frigerio y Dujovne mantienen encuentros permanentes, pero individuales por ahora, con diversos gobernadores de la oposición.
«No es muy distinto de lo que hicimos este año», señaló un funcionario sobre la magnitud del recorte. La Casa Rosada tendrá más reuniones tanto con los gobernadores y ministros de Cambiemos como con los de la oposición, entre los cuales se incluyen los del PJ y los de partidos provinciales. Pero antes quieren dar señales de que les impondrán recortes a los de Cambiemos para neutralizar los reclamos del peronismo.
El contexto no es fácil. En estos días, se generaron rispideces entre radicales, macristas y miembros de la Coalición Cívica por los ajustes presupuestarios, los problemas políticos derivados de declaraciones recientes de la diputada y jefa de la CC Elisa Carrió y el debate por el aborto en el Congreso.
«Repasamos la relación fiscal y financiera de Nación con las provincias y las transferencias corrientes, de capital, subsidios por transporte y envíos por fondo sojero solidario de este año», señalaron en la Casa Rosada. Eso implica que todas las alternativas de recortes fiscales están sobre la mesa. Por un lado, las transferencias por coparticipación automática común, por otro los envíos no automáticos y discrecionales, que se destinan a gastos corrientes (salud y educación) y a gastos de capital (obras públicas). También se revisarán los subsidios al transporte y los del Fondo Federal de la Soja. «Todo está en revisión, incluso todas las partidas del presupuesto 2018, pero todavía no es tiempo de definiciones, habrá muchas reuniones de trabajo como estas», señaló a LA NACION una alta fuente oficial.
«Evaluamos alternativas. Tenemos que avanzar en un esquema de esfuerzo compartido entre el gobierno nacional y las provincias», agregaron en la Casa Rosada.
En el transcurso de la conversación, todos repasaron que durante este año el déficit se reducirá del 3,8% del PBI, que cerró en 2017, a la meta de 2,7% para 2018, es decir, un desequilibrio de 378.000 millones de pesos. Y el año próximo se reducirá a 1,3% del PBI, unos 182.000 millones de pesos.
Este es el capítulo fundamental del acuerdo que el Gobierno firmó con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por un préstamo stand-by de 50.000 millones de dólares. Con ello, se buscó dar previsibilidad y confianza a los mercados ante las turbulencias cambiarias.
«Recién estamos comenzando con la negociación. No es momento de definiciones», dijo un allegado a Frigerio. En Interior y en Hacienda aseguraron que el objetivo del Gobierno es consolidar un preacuerdo con las provincias para antes del 15 de septiembre. En esa fecha el Poder Ejecutivo debe enviar la ley del presupuesto 2019 al Congreso nacional. La definición no es menor, porque Macri puso anteayer en duda la posibilidad de llegar a un acuerdo con el peronismo por el presupuesto cuando habló ante sus ministros durante la reunión de gabinete.
«No nos vamos a apurar. Hay que ir avanzando sin prisa y sin pausa», aseguraron en la Casa Rosada. «Buscamos potenciar el crecimiento y el desarrollo económico y bajar la inflación con el cumplimento de las metas», señalaron en Balcarce 50.
La Nación