En el marco de una nueva jornada en la investigación por las presuntas coimas en la obra pública, el juez federal Claudio Bonadio tomará declaración indagatoria al exsecretario de Obras Públicas José López.
Preso desde que fuera sorprendido escondiendo bolsos en un convento de General Rodríguez, el exfuncionario fue involucrado en la causa, acusado de formar parte de la cadena de recaudación ilegal de fondos durante el kirchnerismo.
También será hoy el turno de declarar del empresario Aldo Roggio, titular de la centenaria constructora que lleva su nombre.
El empresario está imputado como «partícipe necesario» de la asociación ilícita que describió el fiscal Carlos Stornelli en función de los cuadernos de Oscar Centeno, el chofer de Roberto Baratta, segundo de Julio De Vido en el Ministerio de Planificación. Esa presunta organización ilícita, dice el fiscal, recaudaba dinero de empresarios ligados a contratos de obra pública.
Roggio se presentó a la Justicia el viernes pasado. Según trascendió, pese al secreto de sumario, el empresario admitió haber hecho «pagos aislados» por unos cien mil dólares, sin que se conocieran más detalles. El fiscal y el empresario habrían acordado en esa oportunidad el ingreso de este al régimen de «imputado colaborador».
La jornada del lunes, que contó con la presentación en Comodoro Py de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, finalizó con un allanamiento de departamentos situados en el edificio donde vive, en Recoleta.
«Esto es un amedrentamiento, un circo mediático», dijo su abogado Gregorio Dalbón.
Ambito