Un lago artificial contaminado con apariencia de paraíso tropical se convirtió recientemente en un imán para turistas, que buscan el selfi perfecto en estas «Maldivas» siberianas.
El lugar, que sirve de vertedero de una central eléctrica térmica de Novosibirsk, se convirtió rápidamente en un fenómeno en Instagram con sus brillantes aguas cristalinas.
El fenómeno se debe a la disolución de oxído de calcio (cal viva) desechado por la empresa que gestiona el sitio.
A pesar de los carteles que advierten de la peligrosidad del lugar, algunos no dudan en arriesgarse a las consecuencias, como irritación en la piel o a problemas más graves, por hacerse la foto perfecta.
«Vine para sacarme una bonita foto. Nuestra ciudad es gris y este es uno de los únicos lugares hermosos», contó a la AFP Alexei Sherenkov, uno de los primeros en haber popularizado este lugar con una foto en la que se le ve con un pasamontañas encima de un flotador con forma de unicornio blanco.
Sacarse esta foto le costó una irritación cutánea en los pies, que «ya desapareció», según él.
El hombre en cambio no le aconseja a «nadie probar esta agua». Según él, la ausencia de vigilancia explica la presencia de turistas en el lago, donde algunos «hacen incluso barbacoas».
La fotógrafa Ekaterina Aksiutina fue por su parte con unos clientes, una pareja deseosa de fotografiarse en traje de novios.
«Era una fecha importante para su relación y me pidieron una sesión de fotos aquí», declaró. Pero «nadie vino para bañarse o tocar el agua pues sabemos que es peligroso», añadió la fotógrafa.
Ante tanto entusiasmo, la empresa encargada de gestionar la central convino recordar en su página web que se trataba de «una zona industrial, no de una reserva natural o de un parque acuático».
AFP