El miércoles a la tarde los restos de Jorgelina Ruiz Díaz y María Cristina Aguilar comenzaron a ser velados en las salas de la avenida Yrigoyen y este jueves tendrán su último adiós. Un repaso por la vida de estas dos docentes que dejaron una huella imborrable en la Escuela 738 y otros establecimientos.
A metros del monumento al Carrero Patagónico, una multitud este martes por la tarde esperó el arribo de los restos de Jorgelina Ruiz Díaz y María Cristina Aguilar, las docentes que fallecieron este lunes en un vuelco que se produjo en la zona de Uzcudun, sobre la Ruta Nacional 3.
Docentes, trabajadores del estado, gente de la comunidad que sintió la necesidad de ir, amigos, familiares y alumnos esperaron al furgón que trasladó los cuerpos. Un claro gesto de amor hacia ellas por lo que fueron en vida para muchas personas y también por lo que simbolizan en la lucha estatal por el pago escalonado de sueldos y otros reclamos contra el Gobierno provincial.
Pero ¿quiénes fueron realmente estas mujeres que quedarán guardadas en la memoria de Comodoro Rivadavia y gran parte de Chubut?
DE PORTERA A DOCENTE
Jorgelina tenía 52 años y el 27 de este mes iba a festejar una nueva salida del sol. Era oriunda de Monte Caseros, Corrientes, y docente de lengua literatura en ciclo básico.
Primero trabajó como portera, pero quería superarse y se convirtió en docente. En esta ciudad desarrolló toda su tarea y estaba próxima a jubilarse.
Jorgelina estaba casada, tenía seis hijos: Matías, Isaac, Antonella, Estefanía, Agustín y Valentina. Y uno de ellos asistía a la Escuela 738, donde ella misma daba clases.
Marcia Jara, directora de ese establecimiento, la definió como “una gran profesional” y contó a Comodoro 24 que la docente también trabajaba en ciclo básico modular integrado. “Los amaba profundamente porque son chicos que tienen trayectorias distintas, contextos más vulnerables, y siempre puso mucho énfasis en generar propuesta para que ellos asistieran, y también trabajaba a la noche con sus chicos de adultos”.
Quienes la conocieron cuentan que hace ocho años a Jorgelina se le quemó la casa, en el barrio San Cayetano. Pero todos los vecinos la ayudaron para salir adelante. Era una persona muy querida en su barriada.
A ella le gustaba tejer los corsos y la música, era muy alegre y tenía un tono de voz muy tranquilo. Según contó su hija en las redes, en un emocionante mensaje, desde 2005 luchaba por los derechos docentes y el año pasado también estuvo en los reclamos. Esta vez volvió a una marcha, pero el destino le arrebató la vida en la ruta, así lo informó ADN Sur.
CRISTINA IBA A SER ABUELA POR PARTIDA DOBLE
María Cristina Aguilar tenía 55 años. Le gustaba que la llamen Cristina y era profesora de Economía de 5to y 6to año en la Escuela 738. Además trabajaba en la 737, “Soldado Almonacid” y la 769, “Ciudad del Viento”.
Marcia Jara cuenta que Cristina adoptaba a los chicos como hijos y se los ganaba rápidamente. Quizás por eso este martes la lloraron alumnos y exalumnos.
La mujer era madre de tres hijas, abuela de un varón y ahora iba a ser abuela nuevamente por partida doble. Es que dos de sus hijas están embarazadas.
A Cristina recién la había operado, pero eso no impidió que se apostara en el cruce de las rutas nacionales 3 y 26, a donde llevó mamelucos y ropa que consiguió para que los docentes le den pelea al frío.
La familia de Cristina contó que la mujer no quería viajar a Rawson para participar en la marcha del lunes. Estaba agotada y quería descansar. Sin embargo, terminó viajando para estar presente junto a sus compañeras, incluida Jorgelina con quien compartieron muchos momentos.