Ante la negativa de varios técnicos a dirigir al «Lobo» en un momento futbolístico muy complicado, la balanza se inclinó para el lado del histórico futbolista argentino que se está recuperando de una importante operación de rodilla.
El nombre de Maradona no tiene consenso entre los dirigentes de Gimnasia pero le gusta mucho al presidente Gabriel Pellegrino, que estaría convencido en avanzar y hoy tendría una reunión muy importante con el entorno más cercano de Diego. Incluso, hasta podría juntarse con él o hablar telefónicamente.
Dentro de la negociación entre Gimnasia y Maradona podría aparecer el nombre de Christian Bragarnik, el agente de futbolistas más fuerte actualmente en el fútbol argentino. El empresario llevó a Diego a Dorados de México y ahora podría ser clave para que dirija a Gimnasia.
Maradona se sigue recuperando de un reemplazo de rodilla izquierda. El 24 de julio pasado le colocaron una prótesis para que pueda caminar sin dolor. Si bien todavía está con controles médicos y no se encuentra plenamente recuperado, tiene muchas ganas de dirigir en la Argentina.
En Gimnasia creen que Maradona sería un golpe de efecto importante para tratar de levantar un equipo que arrancó muy mal la Superliga y que lo tiene último en el promedio del descenso. No todos piensan lo mismo. Por eso los primeros contactos fueron con técnicos como Eduardo Domínguez y Julio César Falcioni, pero ambos habrían rechazado la posibilidad de llegar al Lobo. También están en carpeta Omar de Felippe, Hernán Cristante y Andrés Yllana.
Los contactos de hoy serán fundamentales para saber si Diego está en condiciones de dirigir, y sobre todo si acepta el desafío que le plantea el Lobo: sumar muchos puntos para tratar de salvarse del descenso. Tal vez el 10 tenga otras aspiraciones y quiera esperar otra oportunidad.
Cuando apareció el nombre de Maradona por un ofrecimiento antes del partido con Argentinos Juniors, incluso cuando Hernán Darío Ortíz todavía era el entrenador, la mayoría de los dirigentes del club platense no lo vieron con buenos ojos, así lo reseña El Patagónico.