No hubo sorpresa, tampoco anuncios tras la oficialización de la cifra de pobreza, que llegó al 35,4 por ciento. «Los resultados no son lo que esperábamos», reconoció la ministra de Salud y Desarrollo Social, Carolina Stanley, que, junto al ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica, fueron los encargados de poner la cara y dar explicaciones. De hecho, el Gobierno trabajó las últimas semanas con el foco puesto en cómo revertir el impacto.
Hoy, después de que Indec dio a conocer que la pobreza afecta a 14,4 millones personas, es decir que en el último año 3,4 millones de argentinos cayeron en esa situación producto de la inflación, la precarización del mercado laboral y la fuerte pérdida de poder adquisitivo, el Gobierno buscó explicar la cifra que deja expuesto lo que es el mayor fracaso de la gestión económica del presidente Mauricio Macri.
«Los índices corresponden al primer semestre de 2019, es una realidad que conocemos y fuimos acompañando a cada una de las familias. Fuimos tomando medidas que se fueron anunciando, que son medidas de alivio mientras llegamos al fondo de la situación, que es bajar la inflación», describió Stanley, que enumeró entre los paliativos los aumentos otorgados a la Asignación Universal por Hijo (AUH), más los bonos, más la suba del mínimo no imponible de Ganancias para los trabajadores formales, el aumento del salario mínimo vital y móvil y la baja del IVA para algunos de los alimentos de la canasta básica, entre otras medidas.
«Las medidas que tomamos fueron aliviando la situación. Nuestro objetivo es reducir la pobreza, algo que logramos los primeros años de gobierno, pero se vio afectado el índice por las distintas devaluaciones y las crisis económicas que fuimos sufriendo», explicó Stanley.
Según la ministra, el gobierno nacional trabajó los casi cuatro años de la gestión de Mauricio Macri en los «problemas estructurales, lo que permite la salida definitiva de la pobreza». En ese sentido, destacó que desde 2015 dos millones de personas tienen cloacas y agua potable. También resaltó mejoras en la calidad educativa, lo que genera trabajo genuino. «Estamos en una mejor situación estructural», dijo la funcionaria.
Sica, por su parte, aseguró que el Gobierno hace «cotidianamente autocrítica». Y agregó: «Parte de la contracara de lo que es la pobreza lo tenés en el mercado de trabajo. La Argentina viene arrastrando desde hace décadas un piso de desempleo informal que es muy difícil de bajar. Incluso, en épocas donde el crecimiento ha sido muy fuerte».
Además, el responsable de Producción y Trabajo culpó a la oposición por no dar el debate en el Congreso a ciertos proyectos de ley que, según su visión, podrían haber mejorado la situación del empleo en el país.
«Intentamos este año trabajar una ley que enviamos una ley que enviamos al Senado donde queríamos trabajar en los costos salariales y que generaban incertidumbres a la hora de contratar en las Pymes, pero lamentablemente la falta de apoyo en términos de consenso político para poder avanzar nos impidió avanzar más fuertemente», manifestó Sica.
El Indec también informó que la indigencia fue de 7,7%, es decir que subió 2,8 puntos y afectó en el área urbana, según una proyección propia, a 3,1 millones de personas. El último informe de pobreza de los cuatro años de la gestión macrista tiene como peor indicador el impacto en los niños menores de 15 años. En ese universo, el 52,6% de los chicos son pobres (se incrementó 5,8% en 12 meses).
«Claramente en la Argentina, ya hace muchos años, siempre impacta más la pobreza en los más chicos por eso las políticas sociales tienen un especial enfoque en poder revertir esta situación. Las medidas de refuerzo están sobre la AUH y las asignaciones familiares», expresó Stanley, que también informó que en las últimas semanas se reforzaron, con la sanción de la emergencia alimentaria, los programas de primera infancia y las becas de los espacios de primera infancia, informó La Nación.