El cantante fue denunciado por abuso sexual simple, que tiene una pena de uno a cuatro años de prisión máxima. Según el letrado, las supuestas víctimas «no se conocen entre sí, son de distintas provincias, pero tienen un común denominador».
Luego de que la semana pasada, una mujer denunció al cantante Axel por abuso sexual simple en Río Negro. El martes, el abogado de la víctima, José Dantona, brindó detalles de la causa. “Se trata de una valiente denuncia de una persona en un pequeño pueblo de Río Negro, de una chica que no es del ambiente y tampoco es una fan. Cuando ocurrió todo, en 2017, ella estaba en el lugar donde vive y trabaja», dijo, en una información publicada por el Diario ADNSur
“No fue en el momento del recital: no era ni fan, ni parte del show, ni promotora, ni sonidista, ni iluminadora, ni nada. Ella tuvo un trabajo eventual mínimo con el cantante. Algo que cualquiera de nosotros puede llegar a tener cuando solicitás un servicio en tu casa, en tu lugar de trabajo o en un cuarto de hotel”, explicó el abogado en diálogo con Intrusos.
Dantona contó que están trabajando en la recolección de pruebas. “Río Negro tiene un Código distinto. La ley le da a la fiscalía un plazo de seis meses para juntar pruebas. Después de eso, deciden si acusa o no. Un juez determina qué prueba es tomada y cuál no. Luego, viene el juicio”, señaló.
También aclaró que además de las pericias físicas y psicológicas, se están recabando “pruebas testimoniales e informativas”, según detalló este miércoles Radio Mitre.
La denuncia está formulada en términos de abuso sexual simple y tiene una pena de uno a cuatro años de prisión máxima.
“Está caratulada como abuso sexual simple, que de simple no tiene nada. Son todos aquellos tocamientos en tu cuerpo que no sean consentidos, desde tocarte la cola en un colectivo hasta ponerte una mano por debajo de tu camisa o pollera. No llega a ser abuso con acceso carnal que es violación, pero hay figuras dentro del simple con distintas penas según la gravedad», manifestó el letrado.
Confirmó a su vez que hay más potenciales denunciantes, y destacó una llamativa similitud entre todos los casos. “Hay más chicas que se encuentran en el proceso de querer hablar pero aún no se animan por temor a los medios y al cantante. Pero acá tenemos que dividir a las víctimas en dos grupos: por un lado hay una persona que sería fan, que lo seguía a donde podía. Por otro lado, hay chicas que no son fans, ni tienen que ver con la gente que lo acompaña directamente. Pero sí hay un común denominador en relación al tipo de trabajo que tenían estas personas. No se conocen entre sí, son de distintas provincias, pero tienen un común denominador».