Hay palabras que se imponen en el lenguaje por la fuerza del uso y la costumbre. Una vez que se instalan en el vocabulario cotidiano, ya nada puede desterrarlas y se repiten de boca de boca sin que nadie se detenga a pensar si son correctas o si están bien utilizadas. Algunas de ellas terminan por ser aceptadas por los guardianes de la lengua y un día aparecen en el diccionario. Es el caso de «mensajear»: una de las más de 1100 modificaciones de la 23ª edición del Diccionario de la Lengua Española, que presentó este jueves el director de la Real Academia Española (RAE), Santiago Muñoz Machado, en el marco del XVI Congreso de la Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE).
Según Muñoz Machado, la edición 23ª del diccionario, «será renovadora, casi revolucionaria». Sumará 229 artículos, más de 88 acepciones nuevas y 536 enmiendas, 284 de ellas relacionadas con acepciones, más las que afectan a lemas y etimologías. En la página de la asociación figuran, entre otras, las palabras antitaurino, arboricidio, beatlemanía, brunch, cumplemés, identitario o panhispanismo. También, «aplicar»: definida como «presentar una solicitud oficial para algo». Estos y otros términos fueron incorporados «porque han sido documentados, escritos, y llevan usándose ya un tiempo», explicó Muñoz Machado. Es el caso de arboricidio, que se usa en el ámbito medioambiental para referirse a la «tala injustificada de árboles».
Entre las palabras aceptadas se destaca beatlemanía (con tilde) que, según Paz Bataner, directora del Diccionario de la Lengua Española, «es un caso que la Academia no lo tiene solucionado porque la primera parte mantiene el inglés» (no se acepta bítel, como sucedió con fútbol), «pero la segunda mantiene la forma española, con tilde». Una palabra mixta, hispanoinglesa.
La RAE también adoptó dos términos del latín que forman una expresión que puso de moda hace unos años la reina Isabel II de Inglaterra cuando se refería a las preocupaciones y problemas que le causaba su familia: annus horribilis. Hay tres extranjerismos integrados que empiezan por B: brioche(«bollo ligero y esponjoso»), brochure(«folleto impreso») y brunch («cruce entre desayuno y almuerzo»). En la M aparecerá una palabra que se puede escribir de dos maneras: «muesli», en España, o «musli», en América, para denominar el «alimento elaborado con una mezcla de cereales, frutos secos y otros ingredientes». Como ejemplo de enmiendas de una acepción figura homeopatía, que cambia de ser un «sistema curativo» a una «práctica».
La Academia española también admite ahora que madres, padres y abuelos digan con tranquilidad » cumplemés» cuando celebran el crecimiento de los bebés antes de que cumplan un año. Y cuando los chicos empiezan a hablar una de las primeras palabras que aprenden suele ser «mamá». Pero atención: si dicen » amá«, como en algunos países de América latina y en el País Vasco, será correcto, según el nuevo Diccionario de la Lengua Española, informó La Nación.