Hace una semana vecinos del barrio Sutiaga III cuidan día y noche sus viviendas ante las amenazas de usurpación. La obra lleva 8 años, cuando el plazo de construcción era de 420 días.
Una serie de llamados y consultas extrañas advirtieron a los vecinos preadjudicatarios del barrio Sutiaga III sobre posibles acciones de usurpación en el predio donde hace 8 años 60 familias esperan la finalización de sus viviendas.
Se trata de un plan de 60 hogares que lleva a cabo el Instituto Provincial de Vivienda (IPV), mediante un convenio firmado con el Sindicato Único de Trabajadores de la Industria de Aguas Gaseosas y Afines (SUTIAGA), próximo a terminar.
“Si uno pasa por el barrio va a encontrar un grupo de vecinos acampando en el lugar, que se va a quedar allí hasta que entreguen las viviendas”, manifestó en el aire de A Tiempo en Verano (Cadena Tiempo), uno de los vecinos preadjudicatarios, Raúl Allen. Si bien no existe la certeza de un plazo de entrega, las familias esperan que la finalización de la obra sea inmediata.
“Se van a cumplir 8 años desde que nos inscribimos en el plan de viviendas. La obra comenzó hace 4 años, cuando en realidad el plazo de finalización era por 420 días corridos (menos de un año y medio)”, explicó Allen.
El estado avanzado de la obra y la falta de seguridad en la zona hace temer a los vecinos de posibles usurpaciones: “Empezamos a recibir consultas y comentarios de personas que no conocíamos, por redes sociales o mensajes de texto, preguntándonos si las viviendas estaban habitables y en qué condiciones se encontraba el barrio”. Este tipo de consultas “extrañas”, dijo Allen, despertaron en los vecinos, no solo una alerta, sino la necesidad de organizarse para realizar la custodia de las casas.
“Nos pusimos de acuerdo para hacer un acampe mientras la obra está cerrada”. Es decir, en los horarios en los que no se encuentran trabajando los obreros, “los fines de semana, y de lunes a viernes desde las 16 horas hasta las 8 de la mañana”, expresó el vecino.
Desde el IPV expulsan la responsabilidad del cuidado de la edificación a la empresa constructora. Por su parte, la firma colocó un cuidador que custodia solo las inmediaciones del obrador, donde se haya la maquinaria y los materiales para la construcción del barrio. “Con un solo custodio no alcanza”, señalaron los vecinos.