La anomalía de la provincia de Ferrara, situada en la región de Emilia-Romaña, en pleno epicentro de la pandemia de covid-19 en Italia, no deja de sorprender por su número inusualmente bajo de infectados en comparación con otras zonas del norte del país.
A fecha del 30 de marzo, en Ferrara se registraban 307 contagios del nuevo coronavirus, mientras que en el conjunto de Emilia-Romaña se contabilizaban 13.531 positivos. Nadie sabe por qué esta provincia ha resultado prácticamente ‘inmune’ al SARS-CoV-2 y tiene tan pocos casos.
El jefe del equipo de respuesta al coronavirus en Emilia-Romaña, Sergio Venturi, no duda que «evidentemente habrá alguna razón», pero por ahora solo puede hacer suposiciones. Venturi recordó que la provincia de Ferrara ha sido una zona de malaria y también de talasemia, un trastorno hereditario de la sangre que afecta a la producción de hemoglobina y se observa en residentes de países mediterráneos, recoge sus palabras Il Messaggero.
Venturi señaló que la covid-19 «tiene fronteras casi físicas»: la mayor parte de los contagios se produjeron en la capital homónima de la provincia —128 a fecha del 30 de marzo— y el resto se dispersó principalmente por las zonas limítrofes con la provincia de Bolonia.
Sea cual sea el motivo de la inusual «resistencia natural» de los residentes de Ferrara ante el nuevo coronavirus, las autoridades locales tratarán de descubrir a qué realmente se debe cuando termine la actual emergencia.