La cifra de fallecidos diarios está por debajo de las de los últimos dos días (763 el miércoles y 828 el martes), mientras que el número de test llevados a cabo en un día se ha situado en 23.560, 746 más que ayer.
De todos modos, los datos de nuevas muertes y contagios en el Reino Unido solo recogen los fallecimientos ocurridos en hospitales y en pacientes que dieron positivo por COVID-19. Un estudio publicado el miércoles por el Financial Times señala que la pandemia habría causado más de 41 mil muertes en el territorio británico, teniendo en cuenta los decesos en hogares y centros de ancianos.
El confinamiento decretado por el primer ministro Boris Johnson el 23 de marzo fue prolongado hasta el 7 de mayo y, a pesar de la creciente presión, el Gobierno no está considerando actualmente ninguna relajación, a diferencia de otros países europeos. La esperanza británica está depositada en la Universidad de Oxford, que comenzó este jueves con los ensayos clínicos en humanos de una vacuna contra el coronavirus, con la muy ambiciosa esperanza de que esté disponible antes de finales de año y permita pasar la página.
De los más de cien proyectos de investigación que se llevan a cabo en todo el mundo para encontrar una vacuna -la única forma posible de volver a la “normalidad” según Naciones Unidas-, ocho se encuentran actualmente en fase de ensayos clínicos, según la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres. Este tipo de pruebas ya han comenzado en China y Estados Unidos y se espera que comiencen a finales de mes en Alemania, donde la autoridad federal a cargo de las vacunas dio luz verde el miércoles.
El proyecto de la universidad de Oxford cuenta con un fuerte respaldo del gobierno británico: fue el ministro de Sanidad, Matt Hancock, quien anunció el comienzo de las pruebas en humanos. Dirigiéndose a una Cámara de los Comunes reunida en gran parte por videoconferencia, Hancock saludó el miércoles un “desarrollo prometedor” que normalmente tardaría “años” en alcanzar esta fase de la investigación.
En su primera etapa clínica, el ensayo realizado por el Instituto Jenner de la universidad de Oxford para evaluar la seguridad y la eficacia de la vacuna involucrará a 1.112 voluntarios: 551 recibirán una dosis de la potencial vacuna del covid-19 y otro tanto servirán como grupo de control al recibir sin saberlo un inyección sin producto activo. Los diez participantes restantes recibirán dos dosis de la vacuna experimental, a cuatro semanas de intervalo.
El equipo de la profesora Sarah Gilbert estima sus probabilidades éxito al 80% y en paralelo a la investigación prevé producir un millón de dosis hasta septiembre, para tener amplia disponibilidad antes de finales de año si se confirma su eficacia. Es un calendario “extremadamente ambicioso” y podría cambiar, reconocen los investigadores.
El principal consejero médico del gobierno de Boris Johnson, Chris Whitty, advirtió el miércoles que la probabilidad de obtener una vacuna o un tratamiento eficaz contra el covid-19 “dentro del próximo año es increíblemente baja”. Mientras tanto, advirtió, “tenemos que ser realistas: debemos confiar en otras medidas, medidas sociales, que por supuesto son muy perturbadoras”.