Ecuador registró este viernes 297 fallecidos y subió a 7.161 los casos positivo para COVID-19, un 44 por ciento más que la víspera, debido a un aumento considerable en el número de test aplicados a la población.
Así lo anunció este viernes la ministra de Gobierno (Interior), María Paula Romo, en una declaración de prensa virtual, en la que remarcó el aumento de la capacidad para procesar los test de diagnóstico de la enfermedad.
Comentó que la toma de muestras aumentó a 21.568 test (el jueves fueron 19.102), de los cuales un 40 por ciento descartó la presencia de la enfermedad, hasta 6,496 casos negativos.
Asimismo, Romo aseguró que de los casos positivos, 6.102 se encuentran estables y en aislamiento domiciliario, otros 223 están estables y hospitalizados y 171 con pronóstico reservado en unidades de cuidados intensivos.
Además, indicó que en el rubro de fallecimientos hay 311 casos con sospecha de COVID-19, pero de los cuales no se ha confirmado las causas de los decesos.
Según la información oficial, la provincia costera de Guayas, cuya capital es Guayaquil, es la más afectada con 5.281 casos positivo (casi 1,900 más que la víspera), seguida de Pichincha (cuya capital es Quito) con 579.
Otras cuatro provincias presentan cifras que superan el centenar de contagiados: Los Ríos (226), Manabí (188), Azuay (151) y El Oro (137).
La estadística menciona también 363 pacientes con el alta hospitalaria tras haber superado la enfermedad, y menciona que el grupo etario más afectado es el que corresponde a edades entre 20 y 49 años, con 4.219 casos, mientras que en el rango de entre 50 y 64 años suman 1.798.
Ecuador reportó su primer caso positivo de coronavirus el pasado 29 de febrero, el 11 de marzo declaró una «Emergencia sanitaria» en todo el país y cinco días después el Gobierno ordenó un Estado de Excepción, con medidas que limitan el tráfico de vehículos, la actividad comercial y laboral.
Además, el país andino está sometido a un aislamiento domiciliario, masivo y obligatorio, así como a un toque de queda de de quince horas diarias, con el objetivo de evitar la expansión del contagio del coronavirus.