“Debemos poner el conocimiento científico al servicio de la sociedad, cuando hay una instancia de necesidad”, asegura el investigador del Instituto Patagónico de Geología y Paleontología, (IPGP-CONICET), Andrés Bilmes. En la ciudad de Puerto Madryn más de mil personas, principalmente niños y niñas, asisten a alguno de los 26 comedores y merenderos que se distribuyen en toda la ciudad. Desde la instauración del aislamiento social, preventivo y obligatorio dictado por el Gobierno Nacional el 20 de marzo a raíz de la pandemia por COVID 19, esta situación se hizo aún más acuciante y el número de personas que necesitaron asistencia alimentaria, se incrementó. Precisamente, antes de la cuarentena, el número de concurrentes era de 1074 y trepó desde que inició y hasta finales de abril a 1456 personas. Esto representa un aumento del 36 % en muy poco tiempo.
Este contexto social, incentivó a que un grupo de trabajadores y trabajadoras de la ciencia del CCT CONICET-CENPAT y del Área Programática Norte del Ministerio de Salud de la Provincia de Chubut, elaboraran un informe acerca de los impactos sociales que generaron las medidas de aislamiento en los barrios donde se emplazan los comedores y merenderos en Puerto Madryn y diseñaran un mapa virtual que contiene datos de interés para ponerlos a disposición de las asociaciones de voluntarios, el sistema de salud, las autoridades municipales y de la comunidad en general.
“La asistencia alimentaria es una necesidad y sabíamos que no había información actualizada sobre la cantidad de comedores y merenderos que hay en la ciudad. Recabarla y ponerla a disposición, podría resultar útil, tanto para optimizar la logística y distribución de los recursos y donativos, como para pensar en la implementación de políticas públicas por parte de las autoridades”, explica el investigador.
En el informe técnico que este grupo de científicos y científicas elaboraron, se indica que más del 60 % de los comedores tiene dimensiones iguales o menores a 40 m2 y la mayoría cuenta con el espacio de la cocina integrado al edificio donde funciona el comedor y/o merendero. Además, que en general, se encuentran emplazados en el oeste (barrios Perón, San Miguel, Malvinas y Fontana) y noroeste (barrios Pujol, Nueva Chubut y Agroforestal) de la ciudad de Puerto Madryn.
“Algunos de estos comedores alimentan a más de 150 chicos por día y debe tenerse en cuenta que el sistema de merenderos y de viandas, si bien existe asistencia de parte del Estado y de otras instituciones como la Iglesia, se sostiene mayoritariamente por los aportes de las donaciones y el trabajo voluntario. Estamos viviendo un momento excepcional como es una situación de pandemia, y esa excepcionalidad no puede ser cubierta sólo por el trabajo voluntario y donaciones. Es por eso que elaboramos estos instrumentos a disposición de todas las autoridades, de todas las instituciones. En fin, de toda la comunidad”, afirma Bilmes
Para el científico, además, la geo-referencia espacial, permitirá la interacción y colaboración entre los comedores y merenderos. “Por ejemplo, podría generarse una red de ayuda mutua”, sostiene.
Tanto el informe como el mapa se encuentran a disposición de la comunidad en la sección Coronavirus de la web del CENPAT (www.cenpat.conicet.gov.ar) en sus redes sociales o en el enlace merenderos.github.io/Madryn/
Ciencia todo terreno
Para Andrés Bilmes la formación científica aporta algunas herramientas metodológicas a la hora de resolver problemas y organizar datos, pero finalmente lo que moviliza a estos trabajadores de la ciencia y la salud, está más allá de su formación y no se estudia en ninguna universidad. Por su parte Paula Ferrari, involucrada en la realización del informe e investigadora del Instituto Patagónico de Ciencias Sociales y Humanas (IPCSH-CONICET), trabaja hace años en las configuraciones urbanas y territoriales vinculadas a los barrios y asentamientos informales en la ciudad de Puerto Madryn y asegura que “los únicos motores a la hora de colaborar con las áreas más afectadas por condiciones estructurales de vulnerabilidad social, son el compromiso, la solidaridad y el ir haciendo camino al andar”, y agrega: ”Para quienes nos formamos y trabajamos con problemáticas sociales tal vez nos resulte más fácil vincularnos a estos sectores, por eso admiro la labor de quienes cruzan ese cerco disciplinar y se piensan desde su lugar de trabajadores/as de la ciencia al servicio de la comunidad”, concluye.