Según su versión de los hechos, un supervisor y consultor de la Organización Mundial de la Salud, Leo Poon, le pidió en 2019 que iniciara una investigación paralela sobre el virus. «El gobierno de China se negó a permitir que los expertos extranjeros, incluidos los de Hong Kong, investiguen en china. Entonces, recurrí a mis amigos para obtener más información».
Uno de ellos, quien trabaja en el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de China, le dijo el 31 de diciembre que el virus se contagiaba de persona a persona, casi un mes antes de que tanto el Gobierno chino, como la OMS anunciaran el dato.
Una semana más tarde, la Organización Mundial de la Salud emitía una de sus primeras misivas vinculadas al Covid-19: «Según las autoridades chinas, el virus en cuestión puede causar enfermedades graves en algunos pacientes y no se transmite fácilmente entre personas. Hay información limitada para determinar el riesgo general de este grupo informado».
«Las autoridades chinas conocían la existencia de la pandemia desde antes de diciembre. Ocultaron el coronavirus desde antes de diciembre», reforzó.