El intendente de Esquel, Sergio Ongarato, salió ayer al cruce de los reclamos por la apertura del centro de esquí La Hoya.
«Es un tema complejo para analizar porque poner en marcha La Hoya implica muchas cosas y no es sólo una cuestión económica», dijo ayer el primer mandatario, quien reconoció que «es cierto que para la empresa concesionaria no sea negocio abrir hoy, pero ese no es el tema fundamental. Si decimos de abrir La Hoya es para que vengan esquiadores de otros lugares, y eso sería abrir la portada de Esquel y disminuir los controles que se hacen en este momento».
En ese caso, «si viene un turista no podemos estar molestándolo, pidiéndole que haga 14 días de aislamiento. Por lo tanto, lo que prima es la salud de todos nosotros basados en una estrategia de contención del Covid-19».
En lo personal, el intendente Ongarato comentó que esquía desde los 7 años, dando cuenta que uno de sus hijos se prepara para ser instructor de esquí. «Me gustaría poder esquiar, pero en las condiciones en las que estamos hoy es una decisión muy difícil».
Agregó que en este marco «lo que hay que entender es que, si se abre La Hoya de forma parcial, hoy no habría turistas que tomen las clases de esquí y un montón de cosas para analizar. Lo que más quisiera es que La Hoya esté funcionando, pero hoy no se puede hacer y una de las tantas consecuencias del Covid-19».
Finalmente, el intendente de Esquel, Sergio Ongararo indicó que «La Hoya necesitaba que le aprueben tarifas, y eso no se dio. El esquí es un deporte caro, que implica grandes inversiones, grandes costos, mucha gente trabajando detrás de los medios de elevación, de los servicios, y todo eso hace que sea muy difícil tomar la decisión».