Debido a la profundidad de las imperfecciones en la vía pública los felinos, por curiosidad, comenzaron a introducirse adentro de ellos.
La profundidad de los baches en una ciudad de Japón le permitió a un grupo de gatos adoptar los pozos como su área de juegos.
Su típica curiosidad los llevó a introducirse dentro de ellos y desde allí, mirar a la gente o jugar entre ellos.
El grupo de gatos fue fotografiado por Nyankichi Rojiupa, quien los encontró dentro de los baches de una calle donde abundan los pozos, metiéndose dentro y jugando entre ellos.