El repudio, la indiferencia y la disconformidad con las campañas y los candidatos en general parece avanzar no solamente a través de los datos sobre el creciente ausentismo que se prevé para el próximo domingo 12, sino también con el potencial voto en blanco o nulo para las elecciones en Chubut. Según las últimas encuestas, el rechazo a todos los candidatos rondaría el 16% de los votantes chubutenses. El malestar con la clase política y el movimiento antiminero podrían transformarse en una visible tendencia de rechazo en las urnas.
Dos encuestas que circularon en la última semana de agosto reflejaron que un amplio porcentaje del electorado chubutense votaría en blanco o anularía su voto, a lo que se suma el dato de que al menos 44% de los votantes aún no tienen totalmente definido si asistirá a los comicios, como producto de la pandemia y la crisis de representación que se refleja en una campaña apática y vaciada de contenido.
La encuestadora CB Consultora reveló en su último relevamiento que 15,9% de los electores optaría por votar en blanco o anular su sufragio en las elecciones del próximo domingo, teniendo en cuenta la proyección de los indecisos.
Para la consultora Tres Punto Zero, el porcentaje de «voto rechazo» llegaría al 13,8% del electorado, sin considerar la proyección de los que aún no han definido qué hacer el próximo domingo.
Más allá de la diferencia y la posibilidad de variaciones de último momento que se produzcan en las PASO, ambas encuestadoras coinciden en pronosticar un nivel significativo de votantes que solamente concurriría a las urnas para rechazar a todos los candidatos que se presentan en estos comicios.
¿Alguien cataliza a los antimineros?
La flaqueza de contenidos con que se ha desarrollado la campaña electoral en Chubut puede combinarse con un fuerte rechazo a la minería, que hasta el momento no parece ser catalizado totalmente por las fuerzas de izquierda, que se muestran como la única propuesta electoral que empalma explícitamente con el movimiento antiminero.
Uno de esos reflejos electorales expresado a través del voto bronca se observa en la convocatoria que efectuó la Asamblea de Vecinos de Rawson y Playa Unión, donde impulsan impugnar el voto con una boleta que rechaza la minería en Chubut.
En las últimas elecciones de 2019 el voto blanco y nulo en Chubut fue de 4,1%. Sin embargo, cuando se lo desagrega por ciudades se observa que Esquel se registró en ese momento el máximo nivel de voto repudio, alcanzando el 19,1%.
Trelew también tuvo un alto nivel de voto en blanco en las elecciones pasadas y acumuló 14,3%.
Es posible que, con la radicalización del proceso de rechazo a la minería y sin que los partidos tradicionales se hayan manifestado claramente al respecto, el voto bronca se termine manifestando con mayor potencia que en elecciones anteriores y ya no tenga su epicentro solamente en Esquel.
Un proceso de larga data
El repudio electoral a los distintos candidatos es un proceso que en Chubut tiene varios años y que ha fluctuado en las últimas elecciones.
Después del histórico rechazo a los partidos políticos que se produjo en los comicios de 2001, tanto en el país como en Chubut, la tendencia tuvo sus puntos más elevados en los años 2011 y 2015.
En 2001 33,5% del electorado chubutense no fue a votar y entre los que sí asistieron el 26,1% votó en blanco o anuló su voto.
Las elecciones de 2011 también mostraron un alto nivel de rechazo a las distintas candidaturas, alcanzando 30,1% de ausentismo y 9,35% entre los votos en blanco y nulos.
2015 también reflejó un amplio nivel de rechazo electoral con 25,3% de ausentismo -menos que en 2011- y 12,4% de voto nulo y blanco; alcanzando en esas elecciones el mayor porcentaje de votos «contra» los diferentes candidatos.
El mayor nivel de ausentismo se produjo en las elecciones de 2017, cuando 35,1% del electorado optó por no asistir a las urnas.