Aseguran que el estado de las líneas es deficiente, que falta poda de árboles, que el servicio se interrumpe constantemente y que un cortocircuito podría desatar un incendio aún mayor que el ocurrido el año pasado por estas mismas causas.
El jefe de la Delegación Noroeste de Servicios Públicos de Chubut, Mauro Palma, advirtió en diálogo con ADNSUR que el mal estado de las líneas eléctricas y la falta de poda de árboles que las circundan plantean un serio riesgo de incendios en la zona cordillerana. “El fuego que tuvimos el 9 de marzo del año pasado va a ser un poroto si se prende fuego de nuevo”, advirtió. Otros vecinos de la zona coincidieron en que la situación es grave, ya que además el suministro de energía se interrumpe permanentemente.
“La situación de las líneas eléctricas es caótica”, advirtió Palma, desde la delegación con sede en Lago Puelo, que atiende la situación de la región cordillerana, lo que involucra 800 kilómetros de líneas de media y baja tensión, además de 500 estaciones transformadoras.
“Esto está igual que desde hace muchos años, porque por más que se hacen pedidos y notas, se pierden en el circuito burocrático y no hemos recibido la ayuda logística ni los recursos necesarios para atender esta verdadera crisis que vive la zona noroeste”, indició el jefe operativo.
Palma describió un panorama que coincide con las condiciones que el año pasado desataron un incendio de gran magnitud en El Hoyo, cuando las ramas de árboles cayeron sobre una línea de media tensión y dio inicio al devastador fuego, que quemó más de 13.000 hectáreas y 500 viviendas.
“El principal problema es la falta de mantenimiento, de poda de árboles. Esta zona en la que soy responsable incluye al Parque Nacional Los Alerces, Cholila, Epuyén, El Hoyo y Lago Puelo tiene el 80 por ciento del trazado de líneas rodeado de maleza y bosques. Y el 90 por ciento de las fallas es provocada por ramas que caen sobre las líneas. A esto se suma la emergencia climática de los últims años, con una gran velocidad de vientos”, describió.
Para atender la situación, el responsable de la delegación dijo que se necesitarían al menos 60 personas, para poder realizar podas durante todo el año, ya que cuando se termina de recortar en una zona, el ciclo se ha renovado en otros sectores por el crecimiento de la vegetación propio de aquella región.
Mal estado de la infraestructura eléctrica: “lo atamos con alambre…”
El riesgo que trae la falta de poda se ve potenciado por la antigüedad del sistema eléctrico y su falta de renovación en la zona cordillerana. “Acá hay líneas con más de 50 ó 60 años de antigüedad, sostenidas sobre postes de madera -detalló-. Se han hecho proyectos, pero nunca se materializaron. La clase política hace anuncios, se saca fotos pero después no aparece ni la plata ni las obras”.
Palma lamentó que desde el incendio que se inició el 9 de marzo del año no se hicieron los trabajos preventivos para evitar una nueva catástrofe.
“Yo vaticiné lo que iba a pasar varios días antes -rememoró-, porque ya veníamos pidiendo los trabajos de poda, además de los elementos necesarios para trabajar. Acá faltan fusibles, se queman y no tenemos para reponerlos, entonces estamos usando los ‘guachis’ para cambiarlos, que son lazos de alambre que la gente usa en el campo para cazar liebres”.
“Los fusibles saltan porque las ramas caen sobre las líneas y usamos estos alambres para reemplazarlos, porque carecemos de fusibles -lamentó el responsable técnico-. Hemos recibido algunas pértigas nuevas, que es el instrumento que se usa para estos trabajos, porque muchas están vencidas y carecen de seguridad, tienen una fibra de recubrimiento que se desgasta y hay riesgo de descarga eléctrica para el operario”, precisó.
Palma lamentó la falta respuesta ante los pedidos formulados, lo que le había llevado este martes a anunciar su renuncia al cargo en un audio que se viralizó por la mañana, ya que advertía sobre el grave riesgo de nuevos incendios y el cansancio ante la falta de respuestas.
“Yo soy operativo, mi cargo no es político y puse a disposición mi renuncia por si puede venir alguien a quien le den respuestas y yo vuelvo a trabajar al llano”, aclaró.
“Hoy vemos que hay una emergencia en Península Valdés y es lo que corresponde; nosotros lo tuvimos acá el año pasado, pero después nadie más se acordó. Si no se toman cartas en el asunto en forma inmediata, el incendio del año pasado va a ser un poroto, considerando las altas temperaturas y fuertes vientos, que son dos componentes terroríficos para la zona. Estamos esperando el decreto de emergencia para acelerar los procesos, porque a veces los pedidos demoran meses y no estamos a la altura de la emergencia que se está viviendo. Los procesos burocráticos van detrás de las necesidades”.
Vecinos piden urgente atención al problema
Por otra parte, esta agencia pudo constatar la preocupación existente en distintos sectores de la región cordillerana. Luis Poblete, desde Epuyén, con amplia experiencia en trabajos de electricidad dentro del ámbito petrolero, lamentó que desde el incendio del año pasado la situación no haya tenido cambios.
“Acá Nación había enviado 7 millones y Provincia mandó 2 millones y no se invirtieron para evitar que vuelva a pasar lo mismo-cuestionó el vecino- y se usó la plata para otra cosa. En diciembre hubo dos accidentes, porque los transformadores tampoco tienen mantenimiento ni se les controla el aceite refrigerante, además de que el uso de alambres en lugar de fusibles es un riesgo grave para que las líneas se recalienten y prendan fuego”.