F.C. es uno de los tantos padres de Comodoro que no puede ver a su hijo. En su caso, la jueza Guillermina Sosa decidió que el mismo -de 8 años- viva en Misiones con su madre. Y cuando el padre viajó a verlo, se encontró con diversos obstáculos. Ni los abuelos que están allá tienen acceso al pequeño.
La semana pasada hubo protestas por este tema ante los juzgados de familia de todo el país, entre ellos los de Comodoro, ciudad donde hay casos irresueltos hace meses. Mientras, hay padres y madres; abuelos y otros familiares que sufren por no poder ver a los menores.
En agosto del año pasado, F.C. no pudo quedarse con la tutela de su hijo de 8 años. Es que la titular del Juzgado de Familia N°2, Guillermina Sosa, decidió que el pequeño vuelva con su madre a Misiones pese a que, según su padre, el niño quería quedarse en Comodoro donde se crió y vivió gran parte de su vida.
“La mamá se lo llevó, la jueza (Guillermina Sosa) dijo que se tenía que arreglar todo allá. Ella (por la jueza Sosa) no quiso escuchar a nadie. No quiso escuchar a mi hijo, ni a la abogada del niño, ni a la asesora de menores. No le importó lo que quería mi hijo”, cuestionó el padre a la jueza.
El pasado 30 de diciembre, F.C. viajó para pasar Año Nuevo junto a su hijo. “Lo pude ver dos horas antes de venirme porque ella (la madre) no quería… ni más ni menos que dos horas”, manifestó.
Según su testimonio, días antes de viajar a encontrarse con su hijo su ex pareja “me puso una restricción (medida cautelar) hacia ella, estando yo acá, justo antes de salir. Sabía que yo ya me iba y la orden (de restricción) que tengo dice que mi hijo nunca vivió acá; que nunca vivió conmigo; que siempre estuvo en Misiones y él nació y vivió hasta los 7 años acá”.
F.C. dijo que “traté de llamarla, así como mis padres que viven allá y tampoco pueden verlo. No lo pueden hacer porque ella bloqueó el teléfono; se iba a otra provincia”.
COMO EMPEZO TODO
El problema de F.C. comenzó cuando se separó de la madre de su hijo, quien por entonces tenía casi 5 años. Los primeros meses no hubo mayores inconvenientes y la ruptura transitaba con normalidad teniendo en cuenta que ambos habían llegado desde Misiones a esta ciudad en busca de un futuro mejor.
“Conviví con ella desde el 2010 hasta el 2018, aproximadamente”, contó. Sin embargo, una vez que la pareja se separó comenzaron los problemas “porque el nene se quería quedar más en mi casa que en la casa de su mamá y entonces a ella le molestaba; me privaba que lo vea; me ponía trabas. Lo veía cuando ella quería, en los horarios que ella quería, cuando no había algún régimen de comunicación homologado y estricto”.
Toda esa pesadilla no terminó en ese momento, ya que según F.C su hijo actualmente “tiene miedo de hablar; le tiene miedo a la madre; lo tengo registrado encima. Ahora cuando fui, traté de pasar Año Nuevo con mi hijo; no pude y antes de venirme justo él entraba a la psicóloga; lo llamé… le digo: `hijo me estoy yendo en avión´ y se puso a llorar. Cuando él me dice `vení a buscarme, quiero verte´, ella agarra el teléfono y corta”.
Las lágrimas del pequeño por ver a su padre se extendieron hasta ver a la profesional. “Se ve que entró, le comentó qué le pasaba y la psicóloga le habrá dicho algo (a la madre); entonces ahí desbloqueó a mi mamá y le dijo `bueno, que lo vea de 16 a 19´. Y yo a las 19:30 tenía que estar en el aeropuerto… Lo pude ver, pero bueno, no era la cuestión”.
“LA JUEZA ES UNA CORRUPTA”
F.C. cumple todos los meses con la cuota alimentaria para su pequeño, desde el primer momento. “Está hecho todo por ley, pero no puedo verlo; pasa que le molesta (a la madre) que es poco por lo que dice la ley”.
Ante la cantidad de “denuncias falsas» que aparecen en Comodoro desde alguna de las partes -todas por abuso o violencia familiar y que tienen como protagonistas a niños y niñas que son separados forzosamente de uno de sus progenitores-, invariablemente en cada caso la jueza opta por dictar cautelares contra la persona denunciada y luego iniciar una investigación que se vuelve eterna para quien espera.
F.C. consideró que “hay un montón de casos y son los mismos jueces” y ejemplificó con su caso. “Sin duda hubo un arreglo entre la jueza (Guillermina Sosa) y la abogada de ella (madre) porque cuando mi nene estaba acá no se quería ir y nunca lo escucharon. La asesora de Menores quiso intervenir en la causa el día anterior al que se fue; no le dieron lugar y ella agarró y se lo llevó igual”, dijo.
Al ser consultado sobre su opinión hacia la jueza Guillermina Sosa, F.C. sostuvo que la misma “es una corrupta. Con todas las pruebas que yo llevé de cómo la madre le hacía a mi nene maltrato psicológico, ¿cómo puede ser que no le importó nada y autorice el cambio de vida por un capricho de la madre?”.
F.C. insistió en que “nunca me dio lugar a una audiencia. Mis padres viven a 40 minutos de la casa y desde que se fue a Misiones no lo ven”.
F.C. señaló que “espero que se haga Justicia porque sé que si hago lo mismo (que la madre) de agarrar el auto y llevármelo de un día para otro, termino preso; entonces no me queda otra que esperar justicia y espero que se sea justa”.
“Lamentablemente los que estamos de este lado tenemos que bancarnos estas cosas porque a la mujer le toman denuncias falsas sin averiguar nada y la justicia en este tema de hijos no se encarga de averiguar un poco”, concluyó.
Fuente: El Patagónico