El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva votó cerca de San Pablo y dijo que el balotaje de la elección presidencial contra su rival el mandatario Jair Bolsonaro definirá un «modelo de país y de vida» en Brasil.
Lula, de 77 años, dijo que esta era la elección más importante de su carrera y que estaba confiado en que «la democracia vencerá», luego de votar en Sao Bernardo do Campo, en el cordón industrial del Gran San Pablo, donde forjó su trayectoria sindical y política.
En declaraciones a periodistas, el líder de izquierda dijo que en caso de ser electo incluirá en el plan de transición hasta asumir el 1 de enero una serie de viajes internacionales que incluirán los principales socios de Sudamérica, Estados Unidos, China y la Unión Europea.
«Debemos ser un bloque fuerte para poder negociar con Estados Unidos, China y la Unión Europea. Unidos somos fuertes, separados somos débiles», aseguró Lula.
«Debemos ser un bloque fuerte para poder negociar con Estados Unidos, China y la Unión Europea. Unidos somos fuertes, separados somos débiles»
Una última encuesta de la consultora Instituto Datafolha publicada el sábado redujo la ventaja de Lula de seis a cuatro puntos, comparado con dos días atrás, con 52% de las intenciones de voto frente a 48% para el presidente.
En la primera vuelta, los sondeos subestimaron el potencial de Bolsonaro, que finalmente acabó detrás solo por cinco puntos de Lula (43% a 48%), a quien muchas encuestas habían atribuido una victoria sin necesidad de balotaje.
El veterano líder de izquierda promete «arreglar el país», impactado todavía por la crisis de la pandemia de coronavirus y sus 688.000 muertos, que ha achacado a una pésima gestión de la crisis sanitaria por parte de Bolsonaro.
Lula ha hecho hincapié en los logros socioeconómicos en sus dos mandatos, entre 2003 y 2010, cuando 30 millones de brasileños salieron de la pobreza con iniciativas sociales financiadas con un ‘boom’ de las materias primas que exporta Brasil.
El exmandatario cuenta con el apoyo de los más vulnerables y de quienes se resintieron de las políticas y exabruptos del ultraderechista Bolsonaro, como los jóvenes, las mujeres y las minorías.