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El presidente Alberto Fernández y su comitiva ingresaron a la residencia presidencial brasileña para reunirse con el mandatario de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva.

Fernández entró pasadas las 17.45 al Palacio de la Alvorada, en Brasilia, acompañado por los ministros de Economía, Sergio Massa, de Relaciones Exteriores, Santiago Cafiero, y el jefe de Gabinete, Agustín Rossi.

En la reunión ambos mandatarios y sus funcionarios analizaron las relaciones bilaterales y los acuerdos entre ambas naciones, fundamentalmente los relacionados con el intercambio comercial y los mecanismos para profundizarlos y agilizarlos.

Se prevé que los mandatarios compartan luego una cena de trabajo en la misma residencia.

Lula da Silva aseguró que “Argentina y Brasil juntos son más fuertes”.

“Una alegría recibir al amigo Alberto Fernández hoy en el Palacio de la Alvorada. Brasil y Argentina son hermanos y tendremos relaciones cada vez más prósperas con uno de los mayores socios comerciales de nuestro país y de nuestra industria. Juntos somos más fuertes”, aseguró Lula en su cuenta de Twitter.

El presidente Alberto Fernández y su par de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, finalizaron la reunión bilateral en la Casa Rosada y firmaron varios acuerdos de cooperación mutua.

Ambos jefes de Estado mantuvieron una reunión de aproximadamente una hora, acompañados por los respectivos cancilleres, Santiago Cafiero y Mauro Vieira, y los ministros de Economía de Economía, Sergio Massa y Fernando Haddad, respectivamente.

Los mandatarios habían confirmado que avanzan en la creación de una «moneda sudamericana común». en el marco de la «alianza bilateral»; reivindicaron «la paz y la democracia» y condenaron el «extremismo antidemocrático y la violencia política» en la región.

En declaraciones a la prensa el presidente Alberto Fernández aseguró que mantuvo una reunión “maravillosa” con el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula Da Silva, y agregó que como consecuencia de ese encuentro «haremos un vínculo estratégico mucho más profundo, que durará décadas”.

Afirmó que el presidente de Brasil es “un líder de la región y un gran estadista, que inició un proceso político en Brasil que sacó a millones de la pobreza”.

«Estamos dando inicio a una nueva etapa. El primer desafío que tenemos es consolidar la democracia, no vamos a dejar que nadie ataque la democracia de Brasil y que ningún fascista ataque a la soberanía popular», remarcó Fernández.

«Hablamos de la integración de nuestros países y la posibilidad de potenciar el Mercosur. Tenemos una historia que nos une», aseguró.  «Trabajamos para que América Latina sea una tierra de paz»

En tanto, el presidente de Brasil dijo: «volví para hacer buenos acuerdo con la Argentina y que puedan crecer económicamente». “

«Es un día de celebración entre Brasil y Argentina, pero también de agradecimiento”, destacó Lula.

Lula da Silva, afirmó que Argentina y Brasil están recuperando “una relación que nunca tendría que haberse detenido”.

«Pido disculpas al pueblo argentino por las groserías del Presidente anterior»

El presidente de Brasil Luiz Inácio Lula Da Silva arribó esta noche a la Argentina en el avión presidencial de su país, el cual aterrizó en la Aeroestación Militar del Aeroparque Internacional de Ezeiza.

Lula, vestido con un traje azul y acompañado de su esposa, Rosangela «Janja», fue recibido poco después de las 21 por el canciller argentino, Santiago Cafiero, y la fanfarria del Regimiento de Granaderos a Caballo.

El presidente de Brasil se reunirá este lunes con su par argentino, Alberto Fernández, para suscribir una serie de acuerdos en diferentes temáticas, y luego participar el martes 24 de la Cumbre de Jefas y Jefes de Estado de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).

«Buenas noches, desde Buenos Aires. Mañana será un lunes de intenso trabajo para retomar la sociedad entre Brasil y Argentina. Uno de los principales mercados de productos industriales brasileños, tercer mayor socio comercial de Brasil. ¡Hasta mañana!», tuiteó Lula horas después de aterrizar en suelo argentino.

La agenda de Lula da Silva en Argentina

El lunes 23 desde las 10.30 ofrecerá la tradicional Ofrenda Floral al Libertador General San Martín, en la Plaza homónima, para luego trasladarse a la Casa de Gobierno en donde mantendrá una reunión con el presidente Fernández.

Luego, en el Salón Blanco, realizarán la firma, junto a ministros de diferentes carteras, de acuerdos para cooperación en Soberanía Energética e Integración Financiera, Defensa, Salud, Ciencia, Tecnología e Innovación, y Cooperación Antártica.

En las últimas horas, Lula y Fernández publicaron un artículo conjunto en el que sostuvieron la decisión de «avanzar en las discusiones sobre una moneda sudamericana común que pueda usarse tanto para los flujos financieros como comerciales».

«Son múltiples las áreas en las que volveremos a trabajar juntos en temas importantes para la calidad de vida de nuestras poblaciones, como la lucha contra el hambre y la pobreza, la salud, la educación, el desarrollo sostenible, el cambio climático y la reducción de todas las formas de desigualdades. De una vez y para siempre, la historia será escrita por nuestros pueblos», menciona otra parte del escrito.

Desde Estados Unidos, el expresidente del vecino País sostuvo que lamenta “lo que sucedió el día 8”, con los ataques a las sedes de los 3 poderes. Admitió que cometió “deslices” en su Gobierno.

El expresidente de Brasil, Jair Bolsonaro, expresó que lamenta “lo que sucedió el día 8”, en referencia al ataque a los 3 poderes en Brasilia por parte de seguidores suyos y admitió que cometió “deslices” en su gobierno.

Lo hizo en un video filmado en Orlando, Estados Unidos, donde se encuentra desde antes de finalizar su mandato, y publicado por la prensa de Brasil.

Lamento lo que pasó el día 8, algo increíble, pero en mi Gobierno la gente aprendió lo que es la política, conoció los poderes, empezó a valorar la libertad”, afirmó en el video.

“Hablé con algunos sobre la libertad y me dijeron que era como el sol, que sale todos los días, pero no es así; creemos en Brasil”, agregó.

En la puerta de la casa donde se hospeda en la ciudad del estado de Florida, Bolsonaro decidió hablar con sus simpatizantes, mientras estos lo filmaron.

Admitió que cometió “errores” y añadió que “en 4 años, todos los días eran lunes. ¿Hay algunos agujeros? Por supuesto que los hay. Cometemos algunos errores en casa, y ni digamos en el Gobierno”.

“Pero en casa sabemos quién es el responsable. Siempre somos nosotros, los maridos”, acotó, mientras sus simpatizantes asentían y comentaban: “Nadie es perfecto”.

Además, Bolsonaro destacó medidas que tomó durante su Gobierno, como la flexibilización de la regulación de tenencia de armas de fuego, y dijo que con él “el desempleo (estaba) allá abajo” y la “economía subiendo”.

Bolsonaro viajó a Estados Unidos el 30 de diciembre de 2022, antes del final de su mandato, evitando de ese modo tener que pasar la banda presidencial a su sucesor Luiz Inácio Lula da Silva el 1º de enero.

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, destituyó a la dirección de todos los medios de comunicación públicos brasileños -que provenían del gobierno anterior- a raíz del tratamiento que realizaron de la toma de los tres poderes públicos en Brasilia del pasado 8 de enero, cuando, en contra de lo que decían los medios privados, calificaron de «manifestantes» a las hordas bolsonaristas con intenciones golpistas.

La decisión de Lula, adoptada el viernes por la noche pero conocida hoy, incluye el nombramiento de la periodista Kariane Costa como presidenta de la Empresa Brasileña de Comunicación (EBC), de la que dependen medios clave como la agencia de noticias Agencia Brasil, TV Brasil o la emisora Radio Nacional, publicaron hoy medios locales y la agencia de noticias Europa Press.

La medida supone la apertura de un proceso de transición y reorganización en la EBC que durará unos 30 días, informó la Presidencia brasileña en un comunicado.

La prensa brasileña destaca que la dirección de estos medios seguía en manos de cargos nombrados por el anterior presidente, Jair Bolsonaro, cuyos simpatizantes asaltaron el Congreso, el palacio presidencial y la sede del Tribunal Supremo Federal hace una semana.

El detonante de los cambios habría sido la cobertura del asalto a los tres poderes, dado que mientras la mayoría de medios de comunicación brasileños se refería a los simpatizantes de Bolsonaro como «vándalos» o «golpistas», los medios públicos mantenían el término «manifestantes», informaron fuentes del Gobierno citadas por el diario local Folha de Sao Paulo.

Otra fuente explicó que temían una cobertura aún más radical por parte de medios dirigidos por personas afines a Bolsonaro y a la posible propagación de ideas antidemocráticas o incluso a un sabotaje técnico para interrumpir las retransmisiones y comparecencias de la Presidencia.

Al día siguiente al asalto a los tres poderes, el informativo de TV Brasil emitió declaraciones del senador Flávio Bolsonaro, hijo del expresidente, lo que fue interpretado como una provocación por políticos del oficialista Partido de los Trabajadores (PT).

Ante el intento golpista en Brasil, el presidente Alberto Fernández se solidarizó con Lula da Silva y llamó a los países miembros de la CELAC y el Mercosur a demostrar «con firmeza y unidad» la total adhesión al Gobierno elegido democráticamente por los brasileños.

«La democracia es el único sistema político que garantiza libertades y nos obliga a respetar el veredicto popular. Quienes intentan desoír la voluntad de las mayorías, atentan contra la democracia y merecen no solo la sanción legal que corresponda, sino también el rechazo absoluto de la comunidad internacional«, escribió el mandatario argentino en su cuenta de Twitter.

En la misma línea que Gustavo Petro y Gabriel Boric, otros presidentes sudamericanos que repudiaron el accionar de los radicales bolsonaristas, Fernández se solidarizó con Lula da Silva, quien asumió la Presidencia de Brasil el pasado 1 de enero.

«Quiero expresar mi repudio a lo que está sucediendo en Brasilia. Mi incondicional apoyo y el del pueblo argentino a Lula da Silva frente a este intento de golpe de Estado que está enfrentando«, expresó Fernández.

Además, hizo un llamado a los otros países de la región a unirse en defensa de la democracia brasileña: «Como presidente de la Celac y del Mercosur, pongo en alerta a los países miembros para que nos unamos en esta inaceptable reacción antidemocrática que intenta imponerse en Brasil».

Asimismo, pidió demostrar «con firmeza y unidad nuestra total adhesión al Gobierno elegido democráticamente por los brasileños que encabeza el presidente Lula».

«Estamos junto al pueblo brasileño para defender la democracia y no permitir Nunca Más el regreso de los fantasmas golpistas que la derecha promueve», completó.

Massa también repudió los intentos golpistas y apoyó a Lula

El ministro de Economía de la Nación, Sergio Massa, repudió «enérgicamente los actos de violencia y el asalto a las instituciones democráticas en Brasil» y manifestó su «solidaridad para con el gobierno y el pueblo brasileños».

«Repudio enérgicamente los actos de violencia y el asalto a las instituciones democráticas en Brasil. Hechos como estos atentan contra la democracia y la voluntad popular», dijo Massa en Twitter.

A la vez, manifestó su «total apoyo a Lula y mi solidaridad para con el gobierno y el pueblo brasileños».

El presidente Alberto Fernández abogó este lunes por «institucionalizar» el vínculo entre Argentina y Brasil, después de reunirse con el flamante mandatario de ese país, Luiz Inácio Lula Da Silva; señaló que ambas naciones están «indisolublemente unidas» y que «ningún momento político puede perturbar eso» y apostó por relanzar, en el mismo sentido, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac).

Desde Brasilia, Fernández confirmó que el 23 de enero recibirá a Lula Da Silva en Buenos Aires con la mirada puesta en «poner en marcha con acciones concretas el vínculo que la Argentina y Brasil deben tener».

Por su parte, Lula Da Silva publicó en sus redes sociales: «recibí a mi amigo, quien me felicitó por la posesión y pude felicitarlo por la victoria de Argentina en el Mundial».

«Reanudamos el diálogo y la amistad con nuestro mayor vecino, uno de los principales socios de Brasil en el mundo», indicó el flamante mandatario.

En una conferencia de prensa posterior a la reunión bilateral, el presidente argentino abogó por «institucionalizar» el vínculo entre la Argentina y Brasil porque, dijo, ambas naciones están «indisolublemente unidas y ningún momento político puede perturbar eso».

Fernández calificó de «extraordinario» el encuentro en la sede gubernamental de Itamaraty y afirmó que ambos decidieron «volver a poner en marcha el vínculo con toda la fuerza que debe tener», después de que «en los últimos cuatro años se hiciera más difícil», en referencia a la administración de Jair Bolsonaro.

«Los dos estamos convencidos de la importancia y la necesidad de darle a ese vínculo la trascendencia» que requiere, indicó el mandatario, quien además expresó su «enorme alegría» de que el «pueblo le diera a Lula la reivindicación que merecía».

El mandatario definió además a Da Silva como un «líder regional» y auguró que su presidencia, la tercera en Brasil, «le va a dar un impulso a América Latina muy importante».

«Compartimos el deseo de volver a unir a América Latina en un espacio común», dijo el Presidente y señaló que si bien la Celac «ha venido a suplir eso», el organismo «no ha logrado la institucionalildad que merece».

Por último, Fernández analizó que «el mundo ha cambiado» y que las regiones «tienen un nuevo rol para cumplir», por lo que apostó a que el 24 de este mes se avanzará en esa dirección con la reunión que la Celac realizará en Buenos Aires, a raíz de la presidencia pro témpore de Argentina.

Justamente un día antes de eso, el presidente de Brasil realizará su primer viaje oficial en la actual gestión de Gobierno a la Argentina, de acuerdo con lo confirmado hoy por el canciller Santiago Cafiero.

Luiz Inácio Lula da Silva, de 77 años, asumió ayer por tercera vez la Presidencia de Brasil para un mandato de cuatro años, ante el Congreso Nacional y con la compañía de una multitud de 300.000 personas en la Explanada de los Ministerios en Brasilia.

El Presidente brasileño asumió su tercer mandato luego de haber gobernado el país entre 2003 y 2010 y tras haber estado 580 días preso en la llamada causa de la Operación Lavajato, razón por la cual estuvo inhabilitado de participar en los comicios de 2018 ganados por el saliente presidente, Jair Bolsonaro, quien abandonó el país el viernes al viajar a Estados Unidos.

Da Silva llegó al Congreso brasileño unos 20 minutos antes para la ceremonia de asunción para convertirse en Presidente de Brasil por tercera vez, tras haber sido recibido con honores militares por los titulares de la Cámara de Diputados, Arthur Lira, y del Senado, Rodrigo Pacheco.

En la ceremonia estuvieron presentes autoridades locales y visitantes extranjeros, entre ellos la expresidenta Dilma Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT), destituida en 2016 por el Congreso.

La ceremonia comenzó pasadas las 14:30, cuando el todavía presidente electo subió frente a la Catedral Metropolitana en un Rolls Royce descapotable de la Presidencia de la República que lo llevaría hasta el Congreso, donde prestó juramento, en un recorrido de 1.400 metros.

Lula subió al auto acompañado por su esposa, Rosángela da Silva, Janja. Pero antes de iniciar la marcha pidió que el vicepresidente Geraldo Alckmin y su esposa, Lu Alchkmin, se subieran al vehículo descapotable, cuyo uso estuvo en dudas hasta horas antes de esta ceremonia de asunción por razones de seguridad.

Según destacó Télam, el gesto de Lula da Silva para su compañero de fórmula fue una muestra de la intención del mandatario de dar cumplimiento al acuerdo que forjó con Alckmin, un político de centro derecha, cuando le dijo que su función no sería la de un vicepresidente, sino que ambos presidirían juntos el país.

El presidente Alberto Fernández pidió respetar el triunfo de Luiz Inácio Lula da Silva en el balotaje de la elección presidencial en Brasil del domingo último y que el país vecino pueda «convivir en la diferencia y en democracia» al encabezar esta tarde la Expo Congreso Ciudades para Vivir Bien en un acto que se llevó a cabo en el predio de Tecnópolis.

«Somos un continente democrático que ha puesto en valor la democracia. Vivir en democracia no solamente quiere decir ganar una elección, quiere decir respetar el resultado, quiere decir convivir en la diferencia, convivir en la democracia», afirmó el Presidente desde Tecnópolis, en la localidad bonaerense de Villa Martelli.

Y agregó: «Celebro enormemente el triunfo de Lula en Brasil y le pido al pueblo de Brasil que viva en democracia, que se respeten».

Lula se impuso en el balotaje del domingo por 50,9% a 49,1% al actual presidente, el ultraderechista Jair Bolsonaro.

Sin embargo, desde el lunes ruralistas y camioneros bolsonaristas realizaron cortes en más de 100 rutas del país a lo que se sumaron desde el martes activistas de extrema derecha para reclamar frente a cuarteles del Ejército en todo el país, con amplia presencia en San Pablo y Río de Janeiro, un golpe de estado militar para desconocer al mandatario electo.

El presidente electo de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, recibió este lunes una avalancha de felicitaciones de líderes mundiales y hasta una visita del presidente de Argentina, luego de derrotar en las urnas al presidente Jair Bolsonaro, que sin embargo seguía sin reconocer la victoria de su adversario.

En un renacimiento de las cenizas tras no poder enfrentar a Bolsonaro en 2018 por una condena por corrupción anulada luego por irregular, Lula, de 77 años y símbolo de la izquierda latinoamericana, hizo historia al convertirse en la única persona en ganar tres veces la Presidencia de Brasil.

El veterano dirigente que se forjó en la lucha sindical y política en la oposición a la dictadura militar derrotó a Bolsonaro, un excapitán del Ejército que reivindica el último golpe de Estado de Brasil, por 50,9% de los votos a 49,1% en el balotaje de los comicios presidenciales.

Lula asumirá el 1 de enero en medio de enormes desafíos, con un país partido en dos, el Congreso federal y numerosos estados controlados por partidos o líderes opositores aliados de Bolsonaro y un problemático presente para la economía de la mayor potencia de América Latina.

En un reflejo de las tensiones con las que deberá lidiar, mientras Lula ya se mostraba este lunes como virtual presidente al recibir a Alberto Fernández y felicitaciones del estadounidense Joe Biden y otros líderes del planeta, Bolsonaro, de 67 años, permanecía recluido en el Palacio Presidencial de Brasilia sin haber hecho ninguna declaración más de 18 horas después de difundidos los resultados.

Además, camioneros y otros manifestantes bloqueaban varias rutas y autopistas en varios estados de Brasil en una aparente protesta por la derrota de Bolsonaro, informó la Policía.

Los mercados de Brasil reaccionaron con cierta volatilidad al triunfo de Lula, en gran medida por el silencio de Bolsonaro y las tensiones que afloraban pero también por la falta de definiciones del presidente electo sobre a quién encargará la conducción económica a partir del 1 de enero.

En contraste con la actitud de Bolsonaro, sin embargo, dirigentes de derecha alineados con el presidente, entre ellos el gobernador electo del poderoso estado de San Pablo, reconocieron la victoria de Lula y se ofrecieron a colaborar y a trabajar juntos tras su asunción, el 1 de enero de 2023.

Consciente de sus retos, Lula reconoció en su discurso de victoria que le tocará gobernar «en una situación muy difícil» y abogó por el diálogo y por restablecer «la unidad» de los brasileños luego de una de las campañas más agresivas y violentas desde el retorno a la democracia, en 1985.

Con todo, el coordinador de comunicación de la campaña de Lula, Edinho Silva, informó que llamó por teléfono al ministro de la Casa Civil (una suerte de primer ministro) de Bolsonaro, Ciro Nogueira, quien “de inmediato se dispuso a conducir el proceso de transición”.

Silva destacó la postura «republicana y democrática» del ministro bolsonarista, y afirmó que derivó la información a la coordinadora general de la campaña de Lula, la diputada y presidenta del Partido de los Trabajadores (PT, izquierda), Gleisi Hoffmann.

“Hoy, el único ganador es el pueblo brasileño. Es una victoria de un movimiento democrático que se formó por encima de los partidos políticos, los intereses personales y las ideologías para que la democracia fuera vencedora», agregó en su discurso un hotel del centro de San Pablo.

El mandatario electo prometió gobernar para todos, tendió una mano a dirigentes de centro y hasta de derecha y dijo querer recuperar la prosperidad de la que gozó Brasil durante sus anteriores mandatos, de 2003 a 2010, cuando sus políticas sociales sacaron a unas 30 millones de personas de la pobreza.

Los cuatro años de Bolsonaro en el poder se vieron marcados por frecuentes choques con la Justicia, sus apelaciones a Dios y su oposición al aborto, al matrimonio igualitario y a la educación sexual integral, su escepticismo sobre el cambio climático y su negación de la gravedad del coronavirus.

El presidente, que sacó más de 58 millones de votos, afirma que Lula, líder del Partido de los Trabajadores (PT), traerá a Brasil el comunismo, legalizará las drogas y el aborto y hasta perseguirá iglesias, cosas que no pasaron los ocho años que fue presidente.

La elección, que siguió a una también ajustada primera vuelta ganada por Lula, fue la más reñida desde que Brasil recuperó la democracia, y la primera vez que un presidente en ejercicio fracasa en su intento de ser reelecto.